
LA
CONTAMINACIÓN POR PILAS Y BATERÍAS EN MÉXICO
José
Castro Díaz y María Luz Díaz Arias
Introducción
En
este trabajo se trata de determinar los obstáculos para
desarrollar programas de recolección o reciclado de pilas
y baterías, y se proponen elementos y mecanismos necesarios
para llevar a la práctica un plan de manejo en este sentido.
Actualmente
no se conoce ningún estudio que evalúe el impacto
al ambiente ocasionado por la utilización y manejo inadecuado
de pilas y baterías en México; se sabe que varios
componentes usados en su fabricación son tóxicos
y por tanto la contaminación ambiental y los riesgos de
afectar la salud y los ecosistemas dependen de la forma, lugar
y volumen en que se ha dispuesto o tratado este tipo de residuos.
Dado lo anterior, en este trabajo se calcula que en los últimos
43 años, en el territorio nacional se han liberado al ambiente
aproximadamente 635 mil toneladas de pilas, cuyos contenidos incluyen
elementos inocuos al ambiente y a la salud (en cantidades proporcionalmente
adecuadas), como carbón (C) o zinc (Zn), pero también
elementos que pueden representar un riesgo debido a los grandes
volúmenes emitidos, como es el caso de 145,918 toneladas
de dióxido de manganeso (MnO2) y otros elementos tóxicos
como 1,232 toneladas de mercurio (Hg); 22,063 toneladas de níquel
(Ni); 20,169 toneladas de cadmio (Cd) y 77 toneladas de compuestos
de litio (Li). Dichas sustancias tóxicas representan casi
el 30% del volumen total de residuos antes mencionado, es decir,
aproximadamente 189,382 toneladas de materiales tóxicos
para el periodo comprendido entre 1960 y 2003.
Las cifras anteriores se calcularon a partir de datos oficiales
sobre población, producción, importación
y exportación; dichas cifras se construyeron también
a partir de inferencias hechas a causa de la inexistencia de datos,
como en el caso de las pilas ingresadas ilegalmente al país,
para lo cual se tuvo que comparar información de consumo
por habitante en otros países.
Cabe
mencionar que los datos sobre las toneladas emitidas de dichos
contaminantes están subestimadas, pues no se contó
con información sobre las baterías que ya vienen
incluidas en los aparatos cuando se compran, ya sean primarias,
como es el caso de linternas, radios o cepillos dentales, o secundarias
de Ni-Cd, Ni-MH (metal hidruro) o Ion-Li como las aspiradoras,
cámarasm entre otros; tampoco se tomaron en cuenta los
millones de pilas de botón usadas en relojes de pulso desde
principios de la década de 1980 que incluyen las de óxido
de mercurio y litio.
Es
importante señalar que este trabajo encuentra su justificación
en varias razones, como la toxicidad de los materiales con que
están hechas las pilas; su inadecuado manejo y la percepción
de la ciudadanía con respecto a que las pilas gastadas
que se desechan son nocivas para el ambiente y la salud, lo cual
ha originado reacciones inmediatas que se expresan generalmente
en el intento por manejar los riesgos inherentes a través
de la organización de programas de recolección.
Sin embargo, cada vez que se intenta llevar a cabo acciones iniciales
surgen fuertes interrogantes, por lo que a continuación
se intentará dar respuesta a las preguntas más comúnmente
formuladas sobre el tema.
¿Cuántos
tipos de pilas o baterías hay?
A
lo largo de este trabajo se usarán los términos
pilas y baterías, por lo que es necesario establecer la
diferencia entre unas y otras. Pila es una unidad electroquímica
separada y contenida en una caja cuadrada o redonda con dos terminales
que representan los polos positivo y negativo. La batería
contiene más de una pila o celda conectadas entre sí
mediante un dispositivo permanente, incluidas la caja y las terminales.
Generalmente las baterías son pesadas y de mayor tamaño,
aunque también las hay de tamaño similar a las pilas
normales, como es el caso de las baterías de 9 voltios
(forma rectangular) que son de menor tamaño que una pila
tipo A usadas en linternas.
Las
pilas son dispositivos que convierten la energía química
generada por la reacción de sus componentes en energía
eléctrica. Sus partes internas esenciales son un electrodo
positivo y un electrodo negativo (llamados ánodo y cátodo).
Dependiendo del tipo de pila, sus componentes están constituidos
por sustancias tóxicas como el Hg, Pb, Ni, y Cd, y otras
veces por elementos no tóxicos como el Zn, que en cantidades
balanceadas forma parte de nuestro organismo (oligoelemento).
El tercer componente es un conductor iónico denominado
electrolito.
Por
su electrolito, las pilas se pueden clasificar en secas y húmedas.
Generalmente, las pilas de uso doméstico tienen electrolito
seco que puede ser alcalino o ácido (véase cuadro
1) y en algunos casos el electrolito ácido puede estar
contenido en un gel cubierto por un material permeable o de fibra
de vidrio, como es el caso de las baterías de plomo usadas
para respaldar la corriente en los equipos de cómputo o
en luces de emergencia en edificios y casas.
Dentro de la categoría de baterías húmedas
están las baterías de plomo de uso automotriz que
contienen ácido sulfúrico y cuyo mercado de reciclado
actualmente tiene una amplia cobertura; esta categoría
incluye también algunas baterías de níquel-cadmio
para la industria, usadas como fuente emergente de energía
eléctrica, por ejemplo, en el Metro; las baterías
húmedas, además de los metales tóxicos que
contienen, representan un riesgo adicional por el electrolito
líquido ácido que puede derramarse en caso de no
estar selladas.
Por
su duración y de acuerdo con el tipo de manejo requerido,
las pilas pueden agruparse en: primarias o desechables y secundarias
o recargables. Generalmente, para efectos comerciales y técnicos,
se les tipifica de acuerdo con sus componentes (véanse
los cuadros 1 y 2).
Las
pilas primarias son desechables debido a que sus componentes químicos,
una vez que se convierten en energía eléctrica,
ya no pueden recuperarse. Dentro de la categoría de pilas
primarias se encuentran las pilas comunes y corrientes, generalmente
de bajo precio denominadas carbón-zinc (C-Zn); tienen poca
duración y constituyen una gran parte del volumen generado,
y proceden en su gran mayoría del mercado asiático.
También esta categoría de pilas primarias incluye
las alcalinas, cuya duración es tres o más veces
mayor que las anteriores.
Las
pilas y baterías secundarias de uso doméstico, por
ser recargables, se desechan proporcionalmente en menor volumen
que las primarias; hay datos que indican que una pila de este
tipo puede sustituir hasta 300 desechables, pero su desventaja
consiste en que generalmente contienen metales tóxicos
como el plomo, cadmio y níquel, y no siempre la tecnología
de los aparatos puede usar ambos tipos de baterías. Los
nuevos diseños tienden a ser de tamaño y peso menor,
sin embargo, los volúmenes de producción han aumentado
considerablemente, situación que hay que evaluar desde
la perspectiva ambiental.
¿Cuántas
toneladas o piezas de pilas y baterías se han desechado
en México?
Partiendo
del hecho de que todas las pilas y baterías producidas
para consumo nacional o importadas, ya sea legal o ilegalmente,
se convierten en residuos, se puede calcular, durante los últimos
siete años, un promedio de 35,500 toneladas anuales. Esta
cifra comprende las baterías primarias (véanse cuadros
3, 5 y 8) así como las secundarias de Ni-Cd, Ni-MH (véanse
cuadros 6, 7 y 8).
CUADRO
1. COMPONENTES PRINCIPALES DE LAS PILAS PRIMARIAS (DESECHABLES)
Tipos
de pila |
Componentes |
Usos |
Carbón–Zinc |
*
Zinc 17% (ánodo) |
Linternas,
radios, juguetes, toca casetes |
(C-Zn) |
*
Dióxido de Manganeso 29% (cátodo) |
|
|
*
Carbón: 7% |
|
|
*
Mercurio: 0.01% (electrolito, cátodo y ánodo) |
|
|
*
Cadmio: 0.08 % |
|
|
*
Cloruro de amonio (electrolito) |
|
|
*
Cloruro de Zinc (para las de alto rendimiento (electrolito) |
|
|
*
Plástico y lámina 26% |
|
Alcalinas |
*
Zinc 14% (ánodo) |
Juguetes,
tocacintas, cámaras fotográficas, grabadoras |
|
*
Dióxido de Manganeso 22% (cátodo) |
|
|
*
Carbón: 2% |
|
|
*
Mercurio: 0.5 a 1% (ánodo) |
|
|
*
Hidróxido de Potasio (electrolito) |
|
|
*
Plástico y lámina 42% |
|
Óxido
de Mercurio* |
*
Óxido de Mercurio (Hg 33 %) (cátodo) |
Aparatos
para sordera, calculadoras, relojes e instrumentos de precisión. |
(HgO) |
*
Zinc 11% (ánodo) |
|
|
*
Hidróxido de potasio o hidróxido de sodio (electrolito) |
|
|
*
Plástico y lámina 29% |
|
Zinc–Aire |
*
Zinc 30% (ánodo) |
Aparatos
para sordera, marcapasos y equipos fotográficos. |
(Zn-Aire) |
*
Óxigeno (del aire, cátodo) |
|
|
*
Mercurio 1% |
|
|
*
Plata 1% |
|
|
*
Plástico y lámina 67 % |
|
|
*
Cloruro de Sodio o Hidróxido Sodio (electrolito) |
|
Óxido
de Plata |
*
Zinc 10 % (ánodo) |
Aparatos
para sordera, calculadoras y relojes. |
(Ag2O) |
*
Óxido de Plata 27 % (cátodo) |
|
|
*
Mercurio 1% |
|
|
*
Cloruro de Sodio o Hidróxido Sodio (electrolito) |
|
|
*
Plástico y lámina 29% |
|
Litio |
*
Litio 10 al 30% |
Equipos
de comunicación, radios portátiles, transmisores, instrumentos
médicos, computadoras, celulares, calculadoras, cámaras
fotográficas, agendas electrónicas. |
(Li) |
*
Dióxido de Manganeso (cátodo) |
|
|
*
Plástico y lámina 29% |
|
Fuente:
Environment Canada. Report EPS 4/CE/1, 1991.
*Aparentemente ya no se fabrican desde principios de la década
de los 90.
CUADRO
2. COMPONENTES PRINCIPALES DE LAS PILAS SECUNDARIAS (RECARGABLES)
Tipos
de pila |
Componentes
principales |
Usos |
Níquel-Cadmio |
*
Cd 18%; |
Juguetes,
lámparas, artículos electrónicos, equipo electrónico portátil |
(Ni–Cd) |
*
Ni 20% |
|
|
*
Hidróxido de Potasio o de Sodio |
|
Níquel-Metal
Hidruro |
*
Ni 25% |
Productos
electrónicos portátiles |
(Ni-MH) |
*
Hidróxido de Potasio |
|
Ion-Litio |
*
Óxido de litio-cobalto (cátodo) |
Telefonía
celular, computadoras, cámaras fotográficas y de video |
(Ion-Li
) |
*
Carbón altamente cristalizado (ánodo) |
|
|
*
Solvente orgánico (electrolito) |
|
Plomo |
*
Plomo |
Uso
automotriz, industrial y doméstico |
(Pb) |
*
Acido sulfúrico |
|
Fuente:
Environment Canada. Report EPS 4/CE/1, 1991.
CUADRO
3. CONSUMO DE PILAS ALCALINAS Y DE C-ZN Y BATERÍAS DE NI-CD
(PIEZAS)
Año |
No.
de Habitantes* |
Producción
e importación de alcalinas y C-Zn |
Importación
baterías Ni-Cd |
Piezas
/ Habitante |
1988 |
77,434,974 |
367,723,817 |
16,353,654 |
4.96 |
1994 |
89,616,946 |
520,230,064 |
3,132,901 |
5.84 |
1995 |
91,120,433 |
365,799,992 |
-43,233,659
** |
4 |
1996 |
92,646,700 |
402,748,600 |
26,205,621 |
4.63 |
1997 |
94,129,047 |
525,146,644 |
79,213,605 |
6.42 |
1998 |
97,329,435 |
416,215,259 |
81,138,154 |
5.11 |
Promedio
de consumo pilas / habitante para la década de los
90: 5.11 |
*
El número de habitantes se proyectó a partir
de la información presentada en el libro: La situación
Demográfica en México, 1998. CONAPO.
** Según los datos oficiales, en 1995 la exportación
de estas baterías fue de 57,088,937 piezas, mientras
que la importación fue de tan sólo 13,145,330 |
Para
calcular la cantidad antes mencionada se consultaron las siguientes
fuentes oficiales de información: Procuraduría Federal
del Consumidor (Profeco) para calcular el consumo por tipo de
batería, Instituto Nacional de Estadística, Geografía
e Informática (INEGI) para estimar los volúmenes
de producción y para definir el consumo de pilas usadas
en telefonía celular, Banco de Comercio Exterior (Bancomext)
para calcular los volúmenes de importación y exportación
y diferentes sitios de Internet de donde se obtuvo información
sobre el consumo de pilas por habitante a partir de lo cual se
estimó el consumo de pilas de procedencia ilegal en México.
En el cuadro 3 se incluye información obtenida de la página
web de INEGI sobre la producción de pilas a la que se le
sumaron otros datos provenientes de los anuarios estadísticos
y de la base de datos sobre importaciones y exportaciones disponible
en Bancomext; el periodo analizado va de 1988 a 1998 (11 años),
aunque en el cuadro se incluyen valores para seis años.
Para los otros cinco no se pudieron reunir los datos de manera
completa, debido a ausencias parciales; sin embargo, para los
años encontrados (1988 y de 1994 a 1998) la información
es consistente y completa.
De acuerdo con la información del cuadro 3 se puede inferir
(considerando los datos oficiales del periodo 1994-1998) un promedio
de consumo por habitante de aproximadamente 5.11 pilas para el
periodo 1990_1999, sin embargo el dato antes mencionado refleja
parcialmente la realidad ya que no se cuenta con información
sobre baterías ingresadas de forma ilegal al país,
o las que ya vienen contenidas en los aparatos. Para calcular
ese dato (de las pilas ilegales) se recurrió a comparar
el consumo per cápita en otros países y así
tener elementos para inferir una cifra sobre el consumo real relativamente
coherente; por lo tanto, se consideró el consumo per cápita
en países con características de consumo similares
a México, como Argentina, España y Estados Unidos,
cuyo promedio aproximado (de los tres) es de 10 pilas por persona
(cuadro 4); un cálculo para México del mismo número
de pilas por habitante al año puede ser un dato relativamente
coherente y representativo para la década 1990-1999.
La diferencia de 10 pilas por habitante menos el consumo real
de 5.11 pilas, obtenido de datos oficiales, da como resultado
4.89 pilas de procedencia ilegal consumidas por cada mexicano
en promedio, de las cuales, una de cada 10 corresponde a pilas
recargables. Cabe señalar que la proporción entre
pilas consumidas de procedencia legal con respecto a las de procedencia
ilegal tiende a invertirse, ya que la nueva división internacional
del trabajo ha impuesto una tendencia cuyas consecuencias influyeron
para que a partir de 2002 ya no se produzcan pilas alcalinas o
C_Zn en México, y se consuman las importadas, predominando
el mercado ilegal.
CUADRO
4. CONSUMO DE PILAS EN OTROS PAÍSES
Volumen
generado de pilas y baterías primarias, carbón-zinc
y alcalinas
Para calcular en toneladas el volumen de consumo de pilas o baterías
primarias se utilizó un criterio obtenido a partir de una
encuesta cuyos resultados se presentan en un estudio publicado
en la Revista del Consumidor, titulado: "Quién es
quién en pilas eléctricas" (véase cuadro
5). Los datos de consumo corresponden a 1997, año que,
de acuerdo con las estadísticas, presentaba mayor coherencia.
Baterías secundarias de Ni-Cd, Ion-Li y Ni-MH
Es
difícil calcular el consumo real de este tipo de baterías
debido a que generalmente vienen ya incluidas en diferentes aparatos
(como aspiradoras, cámaras de video, etc.) y no se ven
reflejadas en las estadísticas oficiales; por lo tanto,
los volúmenes se estimaron a partir de la información
oficial disponible.
Este tipo de baterías presenta la ventaja de reducir de
100 a 300 veces o más el volumen generado de pilas desechables
o primarias, sin embargo, algunos de sus componentes son más
tóxicos, motivo por el que se debe establecer un programa
de recolección y reciclado en México para este tipo
de pilas y baterías.
Las
baterías de Ni-Cd, debido a sus bondades (aptas para trabajo
rudo, bajo costo y capacidad de almacenamiento), han sido utilizadas
en todo tipo de aparatos portátiles como aspiradoras, herramientas,
cámaras de video, computadoras, teléfonos celulares,
inalámbricos y de intercomunicación remota; también
existen en formato idéntico a las comunes (AA, AAA, 9 voltios
medianas y grandes). A partir del 2000 estas baterías han
empezado a ser sustituidas por las de Ion-Litio y Ni-MH especialmente
en telefonía celular y en computadoras portátiles
debido a que tienen un peso menor. Sin embargo, las Ni-Cd aún
no tienen sustitutos en herramientas y otras aplicaciones, como
en el caso de los teléfonos inalámbricos domésticos.
CUADRO
5. CÁLCULO DE LA GENERACIÓN DE PILAS DESECHABLES
(ALCALINAS Y C-ZN) EN 1997 (TON)
Tipo
de pilas |
Porcentaje
consumido* |
Baterías
consumidas de importación legal |
Baterías
consumidas de origen ilegal (Cálculo) |
Peso
en Kg
*** |
Cálculo
toneladas/año |
AA |
54.73 |
287,412,758 |
176,168,964 |
0.025 |
11,590 |
AAA |
18.3 |
96,101,836 |
58,905,391 |
0.01 |
1,550 |
C
(medianas) |
8.3 |
43,587,171 |
26,716,653 |
0.065 |
4,570 |
D
(grande) |
5.33 |
27,990,316 |
17,156,597 |
0.095 |
4,289 |
9V |
4.17 |
21,898,615 |
13,422,704 |
0.04 |
1,413 |
Otros
tamaños**** |
9.17 |
48,155,947 |
29,517,073 |
0.05 |
3,884 |
Total: |
100% |
525,146,644** |
321,887,381** |
|
27,295 |
*
Datos obtenidos de la Revista del Consumidor
** La suma de las baterías legales e ilegales es
igual a 847,034,025 pilas, cifra que dividida entre 94,129,047
habitantes, da como resultado 9 pilas por habitante.
*** Datos obtenidos a partir del peso real promedio por
tipo y marcas de baterías.
**** Dentro de esta categoría están decenas
de tipos de pilas cuyos pesos oscilan de 1 gramo (como
en el caso de las pilas de reloj) a 1,195 gramos (como
son las baterías para lámparas de mesa),
por lo cual se estimó el peso promedio indicado.
|
El
consumo de baterías Ni-Cd para teléfonos celulares
para los últimos ocho años se puede obtener a partir
del número de personas que desde 1997 (año en que
se empieza a generalizar el uso de telefonía celular) utilizan
este servicio. De acuerdo con los datos de INEGI, en mayo de 2003
existían un total de 27,164,729 usuarios, que usaron hasta
2001 principalmente modelos con baterías de Ni-Cd; para
el 2002 dicha tecnología es sustituida por Ion-Li y Ni-MH.
Por tanto, el cálculo en toneladas para los tres tipos
de baterías se hace a partir del peso promedio de cada
una de ellas (véase cuadro 6). Cabe mencionar que la cifra
en toneladas obtenida está ligeramente subestimada, ya
que es probable que una minoría de usuarios ha cambiado
ya una o más veces la pila a sus teléfonos; también
hay que considerar que la gran mayoría de usuarios ha cambiado
de aparato antes de que la pila se descarte.
CUADRO
6. CÁLCULO, CONSUMO Y CONTENIDO DE CONTAMINANTES EN BATERÍAS
EN TELEFONÍA CELULAR (TON)
Año |
Número
de usuarios |
Incremento
anual de usuarios |
Tipo
de batería |
Peso
prom |
Ton. |
Contenido
de Cd (18%) |
**
Ni (20% en Ni-Cd; 25% en NiMH) |
Compuestos
con Li (25%) |
|
|
|
|
(Kg) |
|
|
|
|
1995 |
688,513 |
688,513 |
Ni-Cd |
0.14 |
96.39 |
17 |
19 |
- |
1996 |
1,021,900 |
333,387 |
Ni-Cd |
0.13 |
43.34 |
8 |
9 |
- |
1997 |
1,746,972 |
725,072 |
Ni-Cd |
0.12 |
87.01 |
16 |
17 |
- |
1998 |
3,349,475 |
1,602,503 |
Ni-Cd |
0.1 |
160.25 |
29 |
32 |
- |
1999 |
7,731,635 |
4,382,160 |
Ni-Cd |
0.09 |
394.39 |
71 |
79 |
- |
2000 |
14,073,741 |
6,342,106 |
50%
Ni-Cd |
0.08 |
253.68 |
46 |
51 |
- |
|
|
|
50%
NIMH |
0.09 |
285.39 |
- |
71 |
- |
2001 |
21,757,090 |
7,683,349 |
50%
Ni-Cd |
0.07 |
268.92 |
48 |
54 |
- |
|
|
|
25%
NiMH |
0.085 |
163.27 |
- |
41 |
- |
|
|
|
25%
Ion-Li |
0.06 |
115.25 |
- |
- |
29 |
2002 |
25,928,263 |
4,171,173 |
30%
Ni-Cd |
0.07 |
87.59 |
16 |
18 |
- |
|
|
|
40%
NiMH |
0.045 |
75.08 |
- |
19 |
- |
|
|
|
30%
Ion-Li |
0.04 |
50.05 |
- |
- |
13 |
A mayo de 2003 |
27,164,729 |
1,236,466 |
15%
Ni-Cd |
0.07 |
12.98 |
2 |
3 |
- |
|
|
|
50%
NiMH |
0.045 |
27.82 |
- |
7 |
- |
|
|
|
35%
Ion-Li |
0.035 |
15.15 |
- |
- |
4 |
TOTALES |
|
27,164,729* |
|
|
2,136.58 |
253 |
419 |
46 |
*
Fuente: S.C.T., Dirección General de Políticas
y Normas de Comunicaciones
** Fuente: Véase Tabla 1
|
Otro
universo de baterías Ni-Cd lo representan las usadas en
los teléfonos inalámbricos domésticos. Partiendo
del supuesto de que existen 15 millones de usuarios, de los cuales,
según estimaciones conservadoras (ya que hay casas que
tienen dos o más aparatos) un tercio (cinco millones) consume
una batería de aproximadamente 45 gramos en promedio cada
tres años, se alcanza un volumen de 75 toneladas al año,
de las cuales 18% de su contenido es cadmio y el 20% níquel
(cuadro 7).
En
cuanto al consumo de baterías Ni-Cd para radios intercomunicadores
de dos vías (walkie talkie), se calcula que de 1995 a la
fecha se han consumido 805,000 baterías de este tipo, correspondiendo
una cantidad aproximada de 100,000 para el año de 1997
(cuadro 7).
CUADRO
7. CONSUMO DE BATERÍAS DE NI-CD EN 1997 (TONELADAS)
Tipos
de batería recargable |
Baterías
de importación legal* |
Peso
en Kg |
Cálculo*
toneladas/año |
Las
importadas con fracción arancelaria: 85.06.80 |
77,285,016 |
0.1 |
7,729 |
Las
importadas con fracción arancelaria: 85.07.30 |
127,378 |
0.3 |
38 |
Celulares |
1,746,972 |
0.15 |
262 |
Radios
intercomunicadores de dos vías |
100,000 |
0.1 |
11 |
Teléfonos |
5,000,000 |
0.045 |
225 |
Inalámbricos |
|
|
|
Cámaras,
herramientas, computadoras, |
ND |
ND |
ND |
radios
de intercomunicación, etc. |
|
|
|
Total |
84,259,366 |
|
8,265 |
*
Fuente: BANCOMEXT
CUADRO
8. CÁLCULO DEL CONSUMO DE PILAS Y BATERÍAS POR DÉCADA
(PIEZAS)
Periodo |
Promedio
habitantes* |
Consumo
pilas legales / habitante |
Consumo
de pilas ilegales / habitante |
Cálculo
del consumo 1960-2002 (millones de piezas) |
60
– 69 |
40,814,636 |
0.47** |
N/D |
191.83 |
70
– 79 |
56,650,315 |
1.30** |
N/D |
736.45 |
80
– 89 |
73,235,743 |
2.70** |
1.5 |
3,076.00 |
90
– 99 |
88,416,065 |
5.11 |
4.89 |
8,842.00 |
00
– 02 |
98,651,275 |
5.7 |
4.3 |
2,960.00 |
Total |
|
|
|
15,806.28 |
*
Para llegar a este dato que aritméticamente representa
el promedio de habitantes en el respectivo periodo se sumó
el número de habitantes del primero y último
año de cada década y se dividió entre
2.
** Para determinar el consumo por habitante en las tres
primeras décadas se tomó como base la década
de los 90 (Véase tabla 3), lo que dio como resultado
el 2.36 para la década de los 60; 3.27 para la década
de los 70 y 4.23 para la década de los 80, lo cual
expresa una relación proporcionalmente directa entre
población y consumo, pero no se considera que en
la medida que ha avanzado el tiempo nuevas aplicaciones
de baterías han aparecido, por lo tanto, el valor
de 2.36 se calculó al 20% dando como resultado el
0.47, para la década de los 70 se calculó
el valor de 3.27 al 40% y para la década de los 80
al 65%, dichos porcentajes son proporcionales al número
de aplicaciones (Véase tabla 11).
|
Calcular
el consumo de baterías Ni-Cd en el resto de las aplicaciones
diferentes a la telefonía resulta difícil, ya que
generalmente todos los aparatos vienen provistos de una batería;
sin embargo, a diferencia de la telefonía celular y de
los radios intercomunicadores es difícil obtener estadísticas
sobre producción o importación de aparatos que discrimine
cuáles son portátiles o no, por lo que en el cuadro
7 simplemente se presenta la fuente de generación pero
no las cantidades. De cualquier forma, es importante destacar
la urgencia de un programa de comunicación y manejo de
riesgos para esta corriente de baterías descartadas.
¿Cuántas
toneladas de sustancias contaminantes se han generado en México
en las últimas cuatro décadas?
A
partir de la información existente para la década
de 1990, para la que se calcula un consumo promedio de 10 pilas
por habitante (5.11 pilas de origen legal y 4.89 de origen ilegal),
se proyecta un cálculo retrospectivo para las tres décadas
anteriores y prospectivo para los años 2000-2002. Dicha
proyección considera que el crecimiento poblacional ha
sido directamente proporcional al crecimiento del desarrolllo
tecnológico, y de los patrones de consumo de los habitantes
(cuadros 8 y 11). Cabe mencionar que para las décadas de
1960 a 1970 no se ha considerado el consumo de origen ilegal.
Para que no se formen percepciones exageradas con respecto al
daño real que causan el volumen de contaminantes expresados
en los cuadros 8 y 10, es importante aclarar que lo que aquí
se presenta es un escenario teórico donde se consideran
a las sustancias químicas que contienen las pilas cuando
no han sido usadas; obviamente, una vez que cumplen su cometido
de generar energía y son desechadas, los compuestos a que
dan origen en el medio ambiente son diferentes debido a que la
acción microbiana, mecánica, de la humedad, etc.
pueden descomponerlos en sales, ácidos o bases cuyas propiedades
físicas y toxicológicas difícilmente se pueden
determinar debido a las condiciones del sitio donde sean desechadas.
Definir exactamente qué es lo que pasa con las sustancias
y los compuestos a que dan origen sería motivo de varios
estudios; por lo pronto, sólo se puede establecer cuantitativamente
la liberación al ambiente de estos contaminantes a pesar
de no saber su movilidad y sus transformaciones en el ambiente
ni su posible ingreso en los organismos.
CUADRO 9. CÁLCULO DE EMISIONES DE METALES TÓXICOS
EN 1997 (TONELADAS)
Tipo
de pila |
Pilas |
Hg** |
Cd** |
Ni** |
MnO2** |
Li** |
|
Generadas* |
0.01%
( a) |
0.08%
(a) |
20%
(c) |
29%
(a) |
25%
(d) |
|
|
33%
(b) |
18%
(c) |
|
|
|
a)
Alcalinas y C-Zn |
27,295.00 |
3 |
22 |
- |
7,916 |
- |
b)
HgO |
47 |
15 |
- |
- |
- |
- |
c)
Ni-Cd |
8,265.00 |
- |
1,488 |
1,653 |
- |
- |
d)
Li |
76.6 |
- |
- |
- |
- |
7.6 |
Totales |
35,683.60 |
18 |
1,510 |
1,653 |
7,916 |
7.6 |
*
Datos obtenidos de la información disponible en BANCOMEXT
y en INEGI
** Véanse tabla 1 y 2 |
CUADRO
10. CÁLCULO DE CONTAMINANTES GENERADOS EN LAS ÚLTIMAS
CUATRO DÉCADAS (TONELADAS)
Periodo |
PilasGeneradas* |
Hg** |
Cd** |
Ni** |
MnO2** |
Ion-Li** |
60
– 69 |
7,715 |
77 |
3 |
0 |
1,929 |
0 |
70
– 79 |
29,619 |
296 |
11.8 |
0 |
7,405 |
0 |
80
– 89 |
123,709 |
619 |
0 |
0 |
30,927 |
0 |
90
– 99 |
355,600 |
180 |
15,100.00 |
16,530 |
79,160 |
13.4 |
00
– 02 |
119,029 |
60 |
5,054.00 |
5,533 |
26,497 |
63.9 |
Total
de pilas y baterías |
635,673 |
|
Total
de contaminantes |
1,232 |
20,168.8 |
22,063 |
145,918 |
77.3 |
Total
de contaminantes generados en 43 años: 189,382 Toneladas |
*
Se tomó como base la década de los 90, que
se obtuvo de multiplicar 35,560 toneladas calculadas para
1997 por 10 años, la proyección para las tres
décadas anteriores, se obtuvo de manera similar a
lo calculado en la tabla 8.
** Se tomó como base el año 1997 para el cálculo
proporcional de los valores de sustancias tóxicas
contenidas en el volumen total de pilas consumidas por década
(Véase tabla 9).
|
CUADRO
11. APLICACIONES DE PILAS Y BATERÍAS DE 1960-2002
Usos |
1960 |
1970 |
1980 |
1990 |
00-02 |
Lámparas,
radios, cámaras fotográficas, rasuradoras, juguetes |
X |
X |
X |
X |
X |
Radiograbadoras,
aparatos para sordera, calculadoras, relojes |
|
X |
X |
X |
X |
Teléfonos
inalámbricos, aparatos de medición para la salud, alarmas,
instrumentos de medición |
|
|
X |
X |
X |
Control
remoto, radio telefonía, herramientas, equipo de cómputo,
“walkman” y “ discman”, para pastoreo de ganado, cepillos
dentales |
|
|
|
X |
X |
Quita
pelusas para ropa |
|
|
|
|
X |
El
cuadro 11 permite observar la tendencia geométrica en el
consumo de las pilas y baterías.
¿Cuáles
son los posibles riesgos con respecto a la toxicidad y peligrosidad
de las pilas?
Una
evaluación de riesgos para la salud y el ambiente por la
exposición a los contaminantes referidos es difícil,
ya que el ámbito geográfico donde se depositan las
pilas es muy amplio (todo el país) así como su distribución
temporal y poblacional; sin embargo, aunque no se pueda cuantificar
es seguro que los componentes tóxicos de las pilas y baterías,
así como los compuestos a que dan origen cuando son desechadas,
se pueden encontrar en cantidades mínimas en los tejidos
de los organismos que integran los diferentes ecosistemas, incluido
el organismo humano, además de los contaminantes procedentes
de otras fuentes. Por lo tanto, al no existir una certidumbre
científicamente satisfactoria con respecto a la relación
causa_efecto de los contaminantes generados por las pilas es necesario
considerar el enfoque precautorio que propone investigar e informar,
en un primer momento, a la población potencialmente expuesta
al riesgo e intentar actuar para contrarrestar los posibles impactos
a la salud y al ambiente a través de implementar su disposición
o reciclaje, y en el mediano plazo reducir los volúmenes
de consumo de pilas y baterías; disminuir esos impactos
sólo se logrará a través de una percepción
social de la problemática.
En términos generales, las pilas, al ser desechadas se
oxidan con el paso del tiempo por la descomposición de
sus elementos y de la materia orgánica que las circunda,
lo que provoca daños a la carcaza o envoltura y, por consiguiente,
la liberación al ambiente de sus componentes tóxicos
a los suelos cercanos y a los cuerpos de agua superficiales o
subterráneos. Otras causas de considerable importancia
que contribuyen a la liberación de esos componentes son
los incendios de los basureros o la quema intencional de basura,
lo cual representa un aporte significativo de esos contaminantes
al aire.
Mercurio
En México la liberación del mercurio contenido en
pilas ha ocurrido a consecuencia del uso de tres tipos de pilas:
las de óxido de mercurio, las de C-Zn y las alcalinas.
En el primer tipo, el contenido de dicho metal es del 33% y se
usaron tanto en su presentación de botón como en
otros tamaños a partir de 1955. Teóricamente, se
dejaron de producir en 1995, aunque hay fuentes de información
que indican que dicho proceso continúa en Asia y se distribuyen
en el mercado internacional. Para el segundo y tercer tipo de
pilas, se sabe que durante varias décadas, antes de 1990,
se les agregaba mercurio (entre 0.5 a 1.2%) para optimizar su
funcionamiento, siendo las alcalinas las de mayor contenido; también
el carbón que contienen algunas veces está contaminado
con este metal de manera natural. En 1999, el INE solicitó
un análisis de muestras de tres diferentes marcas de pilas
del tipo AA de consumo normal en México, de las cuales
dos eran de procedencia asiática (de C-Zn) y una alcalina
de procedencia europea. Los resultados fueron los siguientes:
para las de procedencia asiática, los valores obtenidos
fueron de 0.18 mg/kg y de 6.42 mg/kg; en cuanto a la de procedencia
europea el resultado fue de 0.66 mg/kg; dichas cantidades, equivalentes
a partes por millón, no rebasan los límites de 0.025%
establecidos en el Protocolo sobre metales pesados adoptado en
1998 en Aarhus, Dinamarca, por los países miembros de la
Comisión Económica para Europa de las Naciones Unidas
(UNECE). El muestreo anterior fue un hecho aislado y sería
conveniente en un futuro seguir analizando el contenido de mercurio
en el mayor número de marcas posibles.
Según los cálculos presentados en el cuadro 10,
se estima que se han liberado 1,232 toneladas durante los últimos
43 años. En México, otras fuentes de mercurio la
constituyen la industria de cloro/sosa que lo utiliza en su proceso;
también productos como termómetros, varios tipos
de interruptores y lámparas fluorescentes. Según
información oficial ya no se extrae mercurio en México,
aunque se dispone de datos sobre importación por un monto
de 130 toneladas en los últimos tres años.
El
mercurio es un contaminante local y global por excelencia, la
química ambiental correspondiente a este metal tóxico
es muy compleja, dadas sus propiedades; se evapora a temperatura
ambiente y sus átomos viajan lejos; al ser depositado en
los cuerpos de agua se transforma en mercurio orgánico
(metil-mercurio) por mecanismos aeróbicos o anaeróbicos,
es así como se contaminan, entre otros, los pescados y
mariscos. Otra forma de ingreso de mercurio es por inhalación
de los vapores emitidos por el mercurio en su forma metálica
en ambientes cerrados.
El
metil-mercurio puede atravesar la placenta, acumularse y provocar
daño en el cerebro y en los tejidos de los neonatos, quienes
son especialmente sensibles a esta sustancia. También puede
existir exposición al mercurio a través de la leche
materna; en este caso, los efectos pueden provocar problemas de
desarrollo, retrasos en el andar, en el habla o mental, falta
de coordinación, ceguera y convulsiones. En adultos, la
exposición constante a través de la ingesta de alimentos
contaminados, pescados por lo general, puede provocar cambios
de personalidad, pérdida de visión, memoria o coordinación,
sordera o problemas en los riñones y pulmones.
La
Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer
(IARC, por sus siglas en inglés) de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), considera al metil-mercurio y sus compuestos
como posiblemente carcinogénico en seres humanos (Grupo
2B).
El metil-mercurio, que es la forma más tóxica, se
acumula en los tejidos de peces; las especies de mayor tamaño
y de mayor edad tienden a concentrar niveles de mercurio más
altos.
Cadmio
En México, las baterías de Ni_Cd empezaron a usarse
a partir de la segunda mitad de la década de 1960 en aparatos
portátiles como rasuradoras recargables, aspiradoras y
en cualquier otro útil doméstico con fuente de energía
integrada, así como en los vagones del Metro. Su uso generalizado
se da a partir de 1996 en la telefonía celular hasta el
2002, cuando fueron sustituidas por otras tecnologías más
eficientes; sin embargo, aún son ampliamente usadas en
herramientas y teléfonos inalámbricos domésticos.
Se
calcula que en las últimas cuatro décadas y media
en México se han liberado al ambiente 20,169 toneladas
de este metal (véase cuadro 10), las cuales es posible
que se encuentren en tiraderos municipales o guardadas en el hogar.
Por lo general, estas baterías cuentan con un recubrimiento
fuerte de plástico que durante varios años puede
impedir la liberación de los metales tóxicos; sin
embargo, los incendios en basureros o la quema de baterías
es un riesgo importante para que el Cd y el Ni sean liberados
al ambiente.
Una
vía importante es la ingesta de agua contaminada y de alimentos
que contienen cadmio; casi todo alimento tiene cadmio en bajos
niveles (los niveles más altos se encuentran en mariscos,
hígado y riñones); también fumar duplica
los niveles de cadmio en el organismo.
En
el nivel doméstico, las baterías usadas en los teléfonos
inalámbricos son una fuente importante de Cd debido a que
tienen una envoltura relativamente frágil.
Respirar cadmio en altas dosis produce graves lesiones en los
pulmones, y cuando se ingiere generalmente se acumula en los riñones.
Cuando se expone un individuo a altas dosis puede causar su muerte.
La IARC considera el cadmio y sus compuestos como carcinogénicos
para los humanos (Grupo 1).
El
cadmio que se emite al ambiente se disuelve parcialmente en el
agua, pero no se degrada, por lo que las plantas, peces y otros
animales asimilan este metal, que puede permanecer en el organismo
durante largo tiempo y puede acumularse después de años
de exposición a bajos niveles.
Níquel
Las aportaciones de níquel al ambiente en México
corresponden al uso de baterías de nueva tecnología
de Ni_Cd y Ni_MH que aparecieron en el mercado a finales de la
década de 1990; se calcula que hasta el año 2002
han sido liberadas alrededor de 22,063 toneladas de este metal
(véase cuadro 10).
El
efecto adverso más común de exposición al
níquel en seres humanos es una reacción alérgica.
Entre el 10 y 15% de la población es sensible a él.
Con menor frecuencia, algunas personas que son sensibles a este
metal sufren ataques de asma luego de periodos de exposición.
La ingesta de agua con altos niveles de este elemento ocasiona
dolores de estómago y efectos adversos en la sangre y los
riñones.
El
Departamento de Salud y Servicios Humanos (DHHS) ha determinado
que es razonable predecir que el níquel metálico
es carcinogénico y que sus compuestos son sustancias reconocidas
como carcinogénicas. La Agencia Internacional para la Investigación
del Cáncer (IARC) ha determinado que algunos compuestos
de níquel son carcinogénicos para seres humanos,
por lo que los clasifica en el Grupo I, mientras el níquel
metálico es posiblemente carcinogénico en seres
humanos, Grupo 2B. La EPA ha determinado que los polvos de refinerías
de níquel y el subsulfuro de níquel son carcinogénicos
en seres humanos.
Manganeso
Dado que el mayor volumen consumido de pilas son alcalinas y C-Zn
(aproximadamente el 76% del consumo total de pilas y baterías),
el óxido de manganeso contenido en ellas es el contaminante
que en mayor volumen se ha liberado al medio ambiente en las últimas
cuatro décadas, lo que representa aproximadamente 145,917
toneladas (cuadro 10).
Respecto
de los efectos adversos ocasionados en la salud humana por esta
sustancia, diversos estudios sugieren efectos neurológicos
serios por exposición oral al manganeso. Por ejemplo, un
estudio hecho por la OMS reporta que en 1981 se notificó
una intoxicación en una comunidad de Japón debido
a que cerca de un pozo de agua se enterraron aproximadamente 400
piezas de pilas a una distancia aproximada de dos metros, lo cual
provocó 16 casos de envenenamiento, tres fueron fatales
(incluyendo un suicidio); los niveles de manganeso detectados
en el agua de ese pozo fueron de 14 miligramos por litro, mientras
que en otros dos pozos los niveles alcanzaron 8 y 11 miligramos
por litro. Los sujetos de la comunidad exhibieron desórdenes
de tipo psicológico y neurológico asociados a la
intoxicación por manganeso. La autopsia reveló altos
niveles de dicho metal y de zinc en sus órganos.
Sin
embargo, en otro estudio sobre este elemento reportado por la
Agencia para las Sustancias Tóxicas y el Registro de Enfermedades
(ATSDR, por sus siglas en inglés) hace referencia al mismo
caso, pero menciona que hay otros aspectos que sugieren que existieron
otros factores, además del manganeso, que pudieron haber
contribuido a la intoxicación referida. Por las razones
antes mencionadas, se aclara que la información científica
presentada a continuación se refiere específicamente
a los efectos del manganeso en términos generales y no
estrictamente a los compuestos de manganeso presentes en el ambiente
a consecuencia de la inadecuada disposición de pilas.
La exposición a niveles de manganeso muy altos durante
largo tiempo ocasiona perturbaciones mentales y emocionales, y
provoca movimientos lentos y faltos de coordinación. Esta
combinación de síntomas constituye una enfermedad
llamada «manganismo» que afecta a la parte del cerebro
que ayuda a controlar los movimientos.
Litio
Se calcula que en México, desde principios de la década
de 1990 a la fecha, se han generado aproximadamente unas 77 toneladas
de este elemento por el uso y desecho de baterías (véase
cuadro 10); considerando que la tecnología de baterías
Ion-Li es la más eficiente disponible en el mercado, se
espera un aumento relativamente alto en el ambiente de este elemento
y sus compuestos (en caso de no iniciar programas de recolección
y reciclado de este tipo de baterías).
Los
síntomas por intoxicaciones agudas de litio son fallas
respiratorias, depresión del miocardio, edema pulmonar
y estupor profundo. Dado que el litio es usado también
en medicamentos, resulta ser de alta toxicidad cuando se ha administrado
erróneamente; también se ha usado en casos de suicidio,
lo que da como resultado efectos negativos serios al sistema nervioso,
provocando anorexia, nausea, movimientos musculares involuntarios,
apatía, confusión mental, visión borrosa,
temblores, estado de coma e incluso la muerte.
Dada
su baja adsorción, el litio puede lixiviarse fácilmente
a los mantos acuíferos, por lo que se ha encontrado en
pequeñas cantidades en diferentes especies de peces. El
litio no es volátil y, por lo tanto, este metal y sus compuestos
se encuentran en el aire en forma particulada, por lo que pueden
regresar a la superficie a través de deposición
húmeda o seca; el litio no se encuentra de manera natural
en el aire.
Otras
sustancias generadas por pilas y baterías
El zinc forma parte de los elementos que constituyen al organismo
humano; sin embargo, el ingreso de altas dosis de este elemento
podría afectar la salud y la productividad de los suelos,
lo que puede resultar por practicar una inadecuada disposición
de estos residuos. Los diferentes tipos de electrolitos ácidos
o alcalinos (cloruro de amonio/zinc, hidróxido de sodio/potasio)
contenidos en pilas y baterías, pueden representar un riesgo
para la salud ya que pueden ocasionar quemaduras e irritaciones
en la piel y también afectar los suelos.
¿Cómo se ha manejado el riesgo en México?
A
pesar de la contaminación originada por la inadecuada disposición
de pilas y baterías y de la percepción del riesgo
que tiene la sociedad con respecto a los efectos ambientales que
este hecho representa, se ha hecho muy poco, debido a diferentes
causas de tipo legal y económico que explicaremos más
adelante. Se ha intentado organizar programas de recolección
de baterías en el país, pero no se considera que
el reciclado de las baterías alcalinas o C-Zn, por ejemplo,
no es viable, en términos económicos, ya que la
energía utilizada en el proceso no es costeada por los
materiales recuperados como son el carbón o el zinc, debido
a que el precio de estos materiales en el mercado es demasiado
bajo. Dichos programas tampoco consideran que, en caso de que
se optara por una disposición final, no se cuenta con la
infraestructura adecuada en los municipios para recibirlos; además,
todo programa de recolección debe contemplar la separación
de las diferentes tipos de baterías, ya que cada uno requiere
de tecnología diferente para ser dispuesto o reciclado.
No obstante lo anterior, se han llevado a cabo varios intentos
de programas de recolección en diferentes ciudades del
país, así como iniciativas en escuelas, centros
comerciales y a través de organizaciones civiles. También
algunos sectores académicos han intentado desarrollar tecnología
para la disposición segura o reciclado sin éxito
aparente. Por parte del sector gubernamental, el Instituto Nacional
de Ecología organizó en diciembre de 1998 en la
Ciudad de México un taller sobre reciclado de baterías
Ni-Cd, donde se hicieron propuestas de diferentes países
miembros de la OCDE para apoyar a México en este asunto,
pero a la fecha no hay avances.
¿Dónde
se depositan o reciclan en México las pilas y las baterías?
Desde
que se propagó el uso de baterías en México,
a partir de los inicios de la década de 1960, éstas
se han desechado en forma inapropiada; en el mejor de los casos
van a dar a tiraderos municipales que cumplen con las especificaciones
técnicas, aunque esto no significa que cuenten con programas
de manejo adecuado y disposición para estos productos,
y en el peor de los casos, se tiran cerca de ecosistemas frágiles,
cuerpos de agua o se emiten al aire sus componentes tóxicos
a través de la quema de basura.
Las
prácticas de reciclado en México han estado ausentes
debido a los altos costos económicos y las prácticas
con tecnologías no adecuadas han dado lugar a costos ambientales
no estudiados. A pesar de lo anterior, muchos grupos de ciudadanos
se han preocupado por organizar programas de recolección
sin pensar en la disposición final o reciclado, lo cual
ha llevado a la necesidad de pensar en alternativas para disposición
segura y reciclado.
Legalmente,
de acuerdo con la NOM-052-SEMARNAT-1993, vigente hasta que no
se emita el nuevo Reglamento en materia de residuos peligrosos
y sus respectivas normas que establece las características
de los residuos peligrosos, el listado de los mismos y los límites
que hacen a un residuo peligroso por su toxicidad al ambiente,
los residuos que hayan sido clasificados como peligrosos y los
que tengan las características de peligrosidad conforme
a lo que en ella se establece, como en el caso de las pilas y
baterías, deberán ser manejados de acuerdo a lo
previsto en el Reglamento de la Ley General del Equilibrio Ecológico
y la Protección al Ambiente (LGEEPA) en materia de residuos
peligrosos, las normas oficiales mexicanas correspondientes y
demás procedimientos aplicables.
Sin embargo, la correcta disposición final, conforme los
términos legales antes descritos, únicamente puede
realizarla una empresa ubicada en el estado de Nuevo León;
en cuanto al transporte y tratamiento, en la página de
Semarnat existe una lista de empresas autorizadas para ofrecer
tales servicios. Desafortunadamente, el marco legal en la década
de 1990 ha sido rígido para fomentar un manejo adecuado
de pilas y baterías y propiciar el éxito de algunos
programas propuestos, lo que finalmente ocasiona que el ciudadano
preocupado por el destino de estos residuos termine desechándolas
en cualquier lugar o, en el mejor de los casos, en la basura al
no existir otras opciones prácticas.
¿Cuánto cuesta la disposición segura?
A
pesar de lo anterior, sí existen opciones, aunque se debe
considerar que los residuos, en términos económicos,
se pueden clasificar en dos categorías:
a) los que su reciclado es costeable (residuos rentables como
el aluminio, el cartón, etc.) y
b) los que hay que pagar para que sean dispuestos o reciclados
de forma segura.
Las pilas, especialmente las desechables, se ubican en el segundo
apartado, y de acuerdo con lo mencionado referente a las empresas
prestadoras de servicios, el costo por un contenedor de 250 kilogramos
de cualquier tipo de baterías para transportarlas desde
la Ciudad de México a Mina, en el estado de Nuevo León,
es aproximadamente de 600 pesos.
Para tener una idea clara (cuadro 12) de lo que serían
los costos se puede considerar, por ejemplo, que para confinar
en un sitio seguro una batería tipo AA (las más
usadas), costaría aproximadamente 6 centavos mexicanos
y por enviar a reciclar una batería de Ni-Cd a EE.UU: de
aproximadamente 100 gramos, costaría 15 centavos de dólar;
confinarla en México costaría 25 centavos mexicanos.
Si se proyecta teóricamente un escenario donde se estableciera
un programa de recolección exitoso y se acopiaran aproximadamente
10 millones de pilas del tipo AA, su confinamiento costaría
aproximadamente 600 mil pesos.
CUADRO 12. COSTO POR CONFINAMIENTO DE PILAS PRIMARIAS
Tipo
de pilas |
Costo
por confinamiento de pilas (tambor de 250 Kg) |
Peso
en Kg |
Costo
unitario por disposición ($M.N.) |
AA |
$600.00 |
0.025 |
0.06 |
AAA |
$600.00 |
0.01 |
0.02 |
C
(medianas) |
$600.00 |
0.065 |
0.16 |
D
(grande) |
$600.00 |
0.095 |
0.23 |
9V |
$600.00 |
0.04 |
0.1 |
CUADRO
13. COSTOS POR RECICLADO DE BATERÍAS RECARGABLES EN EUA
Tipo
de batería |
Costo
de reciclado (dólares/Kg)* |
Níquel-Cadmio
(seca) (Reciclada en EUA-INMETCO) |
1.2 |
Ion-Litio
(si contiene cobalto) (Reciclada en EUA-INMETCO) |
1 |
Ion-Litio
(si no contiene cobalto) ** (Reciclada en EUA-INMETCO) |
8.7 |
Plomo
húmeda y seca (Reciclada en EUA-INMETCO) |
1.52 |
Baterías
que pueden tener un valor como residuo |
Precio
en el mercado dólares/Kg |
Níquel-Metal
Hidruro (a partir de 1 tonelada) |
0.05 |
*Incluye
15% por gastos de transporte sin considerar utilidades del
prestador del servicio nacional
** Tiene cierto valor siempre que se maneje en grandes volúmenes
|
¿Se
pueden reciclar y cuánto cuesta hacerlo?
Lamentablemente
en México no existen empresas recicladoras para pilas desechables
(carbón-zinc y alcalinas) además, como se mencionó,
no es costeable dado que el costo económico y ambiental
de la energía invertida en el proceso no compensaría
el valor de los materiales recuperados.
Con
respecto al reciclado de pilas recargables de Ni-Cd, Ni-MH o Ion-Li,
en México no existe todavía una empresa con la capacidad
de hacerlo, debido a que se requiere de una tecnología
limpia, de alto costo, disponible sólo en países
como EE.UU., Francia (dos plantas), Japón, Alemania y Suecia.
Mediante esta tecnología se recupera el níquel y
el cadmio; el primero sirve de materia prima para manufacturar
acero inoxidable, mientras que el cadmio se ingresa nuevamente
al mercado, aunque cada día con menos demanda debido a
su toxicidad. De acuerdo con una cotización solicitada
a una recicladora y considerando los gastos de transporte, los
costos serían similares a los indicados en el cuadro 13.
¿Qué
ha impedido poner en práctica programas para atender este
problema?
Aspectos
legales
Como ya se ha explicado en los párrafos anteriores, el
marco legal ha impuesto al manejo y al reciclado de pilas una
carga económica y administrativa muy alta, que, a diferencia
de los peligrosos de origen industrial (para los que fue diseñado
el marco legal), son generados por casi todos los habitantes del
país. También algunos vacíos e imprecisiones
en conceptos legales y consecuentemente diferentes criterios para
interpretar la normatividad han inhibido las iniciativas sociales
para llevar a cabo programas de recolección y reciclado.
A continuación se presentan algunos ejemplos.
Los
fundamentos legales que regulan el manejo de pilas y baterías
se basan en la publicación de la LGEEPA, publicada en 1988
y modificada en tres ocasiones (1999, 2001 y 2003). En su título
primero, capítulo II, artículo 11 se establece que:
«La Federación, por conducto de la Secretaría,
podrá suscribir convenios o acuerdos de coordinación
con el objeto de que los Estados o el Distrito Federal asuman
las siguientes funciones:
II.-
El control de los residuos peligrosos considerados de baja peligrosidad
conforme a las disposiciones del presente ordenamiento.»
Esto
significa que los residuos peligrosos de baja peligrosidad podrían
ser manejados a nivel estatal y no de acuerdo con los requerimientos
de la ley federal; sin embargo, en ningún momento se define
el concepto de baja peligrosidad ni se indica si las pilas o baterías
entrarían en esta categoría y, por lo tanto, aún
no se han tomado las acciones correspondientes.
La ley, en el título cuarto, capítulo VI, artículo
150, menciona lo siguiente: «Los materiales y residuos peligrosos
deberán ser manejados con arreglo a la presente Ley, su
Reglamento y las normas oficiales mexicanas que expida la Secretaría,…
La regulación del manejo de esos materiales y residuos
incluirá, según corresponda, su uso, recolección,
almacenamiento, transporte, reuso, reciclaje, tratamiento y disposición
final.»
En
la práctica, el correspondiente reglamento de la ley es
lo suficientemente estricto tratándose de residuos industriales
peligrosos, pero dificultó y elevó los costos de
manejo de pilas debido a que, por ejemplo, para transportar o
almacenarlas se requiere de transporte y lugares especiales cuyo
costo de acondicionamiento es elevado por las especificaciones
necesarias para su buen manejo, indicadas en el reglamento.
En
el articulo 151 de la Ley, se prevé que: "La responsabilidad
del manejo y disposición final de los residuos peligrosos
corresponde a quien los genera..." y el reglamento de la
LGEEPA en materia de residuos peligrosos, en su artículo
3o define el término generador como: "Persona física
o moral que como resultado de sus actividades produzca residuos
peligrosos."
Sin
embargo, no se precisa quién es esa «persona física
o moral», por lo que pueden ser responsables el vendedor,
el distribuidor, el ensamblador o el usuario final; esto propició
ambigüedades y, por lo tanto, se presentó el problema
de que, por ejemplo, los distribuidores podrían argumentar
que ellos, al vender una pila están vendiendo una mercancía
que se convierte en residuo después de ser usada por el
consumidor, y por tanto, el consumidor es el generador.
La NOM-052-SEMARNAT-1993 ha estado vigente durante los últimos
diez años, y en ella se establecen las características,
identificación, clasificación y listado de residuos
peligrosos que incluye, entre otros, los siguientes residuos:
.
Lodos del tratamiento de aguas residuales en la producción
de baterías de Ni-Cd
.
Productos de desechos de las baterías Ni-Cd
.
Productos de desechos de las baterías Zn-C
.
Productos de desechos de las baterías alcalinas
.
Baterías de desechos y residuos de los hornos de la producción
de las baterías de Hg
.
Baterías de desecho de la producción de batería
de Pb-Ácido
Por lo tanto, en la práctica, esta norma oficial mexicana
ha sido de difícil interpretación cuando se refiere
a pilas como residuos domésticos, y esta falta de precisión
ha ocasionado que ningún ciudadano común pueda transportar
pilas usadas en su automóvil o almacenarlas en cualquier
sitio.
Por
lo anterior, es necesaria la modificación al marco legal
(que, por cierto, se encuentra en proceso) para que éste
propicie un buen manejo. Afortunadamente ha sido publicada la
nueva ley sobre residuos que presenta una mejor perspectiva para
un manejo adecuado de pilas y baterías.
La nueva ley sobre residuos
La
Comisión de Medio Ambiente y Recursos Naturales de la LVIII
Legislatura de la Cámara de Diputados del Congreso de la
Unión sometió a consideración del Pleno de
la Cámara el proyecto de decreto por el que se expidió
la Ley General para la Prevención y Gestión Integral
de los Residuos, aprobada por el Congreso de la Unión el
28 de abril de 2003, y publicada en el Diario Oficial de la Federación
el 8 de octubre del mismo año.
La mencionada ley intenta cubrir los vacíos legales de
la actual legislación y adecuar el manejo de los residuos
en relación con el crecimiento demográfico; considera
la apertura comercial y la introducción de nuevos tipos
de productos de consumo, que contribuyen a aumentar el volumen
de residuos municipales.
Este nuevo marco legal posibilitará un manejo adecuado
de las pilas y baterías ya que también considera
la participación social; además, existe un avance
respecto de la legislación anterior ya que en su artículo
44 divide a los generadores en grandes, pequeños y micro
generadores, así como sus respectivas responsabilidades.
Sin embargo; aún es necesario que se emitan su reglamento,
normas y definir aspectos organizacionales.
Aspectos económico-financieros
Existe un universo de residuos con valor comercial, como el cartón,
el vidrio y algunos metales, principalmente. Sin embargo, para
el caso de las pilas, lámparas de mercurio, envases vacíos
de plaguicidas, disolventes, su valor es negativo, es decir, habría
que pagar para que fueran dispuestos de manera segura o reciclados,
y para el caso de las baterías alcalinas y C-Zn, los costos
de reciclado pueden ser mayores que los de los materiales obtenidos.
Como
se puede observar, el dedicarse a reciclar este tipo de residuos
requiere de una inversión a largo plazo. Por ejemplo, para
reciclar baterías de Ni-Cd de manera ambientalmente segura
se necesitaría invertir en un horno de arco cuyo costo
rebasa los 15 millones de dólares, cifra que por su magnitud
requiere un mercado y una normatividad adecuados a fin de hacerla
económicamente viable.
Recomendación de acciones
Es
probable que en esta década se llegue a los niveles máximos
de aporte de los contaminantes contenidos en las pilas y baterías,
por lo que al mismo tiempo debe iniciarse la disminución
del ingreso al ambiente de estos contaminantes a través
de acciones que involucren a todos los sectores de la sociedad,
propiciando la reducción del consumo y manejo a niveles
racionales.
En tal sentido se hacen las siguientes recomendaciones:
•
Dado que es de suma importancia definir formas seguras de disposición
final de pilas y baterías desechables, se sugiere integrar
un grupo interdisciplinario e intersectorial con capacidad de
decisión para evaluar el impacto e implicación técnica,
económica, financiera, de salud y ambiental que defina
las características de los sitios de disposición
segura para pilas alcalinas y de C-Zn, ya sea en basureros municipales
o lugares especiales así como otras tecnologías
de tratamiento, para diseñar un plan de manejo, conforme
a la nueva Ley de residuos.
•
Evaluar la posibilidad de constituir un fideicomiso ante la ausencia
de inversión privada.
•
Comunicarle a la sociedad los niveles de riesgo para cada tipo
de pilas y baterías, diseñando carteles, folletos,
páginas web, que también indiquen las mejores opciones
técnicas y de durabilidad. Un ejemplo a considerar es la
necesidad de informar a la sociedad que las baterías de
Ni-Cd utilizadas en los teléfonos inalámbricos domésticos
o de plomo, para respaldar energía en computadoras, presentan
un riesgo relativamente mayor que las usadas en telefonía
celular, debido a que éstas tienen una mejor carcaza protectora.
•
Darle a conocer a la sociedad que debe evitar el consumir pilas
en exceso, ya que según el estudio de la Revista del Consumidor,
casi el 42% de consumo es para fines de esparcimiento (walkman
24.7%, juguetes 11.6% y controles remotos 5.6%).
• Recomendar no consumir baterías alcalinas o C_Zn
con poca durabilidad, ya que son las que mayor volumen de residuos
generan.
• A pesar de saber que los componentes de las pilas recargables
son más tóxicos que los de las pilas desechables,
si se manejan en un futuro programas para la sustitución
de pilas recargables por desechables (en los casos en que la tecnología
lo permita), una recolección y reciclado eficientes pueden
reducir parcialmente el volumen generado por las pilas desechables.
•
Difundir el uso de tecnologías alternativas limpias como
aparatos con energía solar o de cuerda.
•
Llevar a la práctica un programa prioritario de recolección
y reciclado para las baterías que contienen Ni_Cd usadas
en respaldo de energía para computadora, cámaras
de video, herramientas y otros enseres domésticos portátiles.
•
Analizar sistemáticamente los contenidos de mercurio en
las diferentes marcas de baterías alcalinas y C-Zn que
se importen o fabriquen en México, a través del
establecimiento de una entidad encargada especialmente para tal
efecto.
•
Establecer mecanismos aduanales de control que impidan el ingreso
de baterías de mala calidad y niveles no aceptables de
mercurio. De ser posible vigilar e impedir el ingreso de baterías
de óxido de mercurio que aún se venden en el mercado
asiático.
•
Analizar y evaluar experiencias exitosas en otros países
respecto de programas de recolección, disposición
y/o reciclado de pilas y baterías.
•
Llevar a cabo un estudio económico-social relativo a la
economía subterránea, ya que representa la principal
fuente de ventas de pilas y baterías, con el fin de visualizar
los posibles riesgos que puede representar la población
ubicada en este segmento del mercado informal.
•
Dado que los principales contaminantes generados (manganeso, cadmio,
níquel, mercurio y litio), existen en el medio ambiente
ya sea de forma natural o por actividades industriales y agrícolas,
es importante fomentar la investigación en química
ambiental, para evaluar los niveles de aporte al ambiente de los
contaminantes antes generados por el uso de pilas y baterías.
Conclusiones
Durante
el desarrollo de este trabajo se puso énfasis en los costos
económicos y se han omitido los beneficios ambientales
que implicaría una buena disposición y reciclado
de pilas y baterías; sin embargo, estas ventajas implican
también un costo económico.
Durante
los últimos 20 años el consumo de pilas se ha triplicado.
Todo parece indicar que si hablamos desde la perspectiva del concepto
de desarrollo sustentable, lo más recomendable sería
disminuir el consumo de pilas y baterías a través
de un mayor uso de baterías recargables con su respectivo
manejo adecuado, así como la sustitución de tecnologías
como la energía solar, energía mecánica (cuerda)
disponer de forma segura de los actuales volúmenes generados
de baterías primarias o desechables.
Se
calcula que el consumo promedio de pilas por habitante es de 10
pilas al año, que equivalen a un peso aproximado de 400
gramos, sin considerar las que vienen incluidas en los aparatos
nuevos. Estas cifras pueden duplicarse en tres años, debido
a una gran oferta de mercancías ilegales de bajo precio
y mala calidad.
Actualmente,
las pilas consumidas en México son de importación
legal (52%) e ilegal (48%) según el cálculo mencionado
de 1997, y es probable que para finales del 2004 la proporción
ilegal sea todavía mayor.
A
pesar de la publicación de la LGEEPA en 1988, y del Reglamento
en materia de residuos peligrosos, que regulan el manejo de pilas
y baterías, no se han puesto en marcha programas de recolección
y reciclado, por lo que es necesario que en el marco de la nueva
ley se inicien planes de manejo, de lo contrario los niveles de
contaminantes como manganeso, plomo, mercurio, cadmio, níquel
y litio pueden llegar a presentar niveles más elevados
de lo antes observado en aire, agua y suelo.
Aunque el mercurio representó un aporte importante en el
ambiente por el uso de pilas y baterías, desde las década
de 1950 hasta principios de 1990, se observa una tendencia a la
baja; sin embargo, es importante estar conscientes de que en algunos
casos se sigue agregando este contaminante a las pilas o bien
fabricando las de óxido de mercurio, para lo que hay que
implementar mecanismos de vigilancia.
Es
probable que unos 20 millones de baterías de Ni-Cd utilizadas
en tecnología celular se han dispuesto de forma indebida,
debido a la falta de programas de recolección y reciclado,
y al incremento a más del 2,000% de 1995 a 2000, de usuarios
de la telefonía celular.
La
tendencia elevada del consumo de pilas se contrapone al desarrollo
sustentable, ya que a estos ritmos, le heredaremos a las futuras
generaciones grandes volúmenes de contaminantes.
Es
necesario establecer un contacto más estrecho con las autoridades
aduaneras de comercio y ambientales con el fin de diseñar
y aplicar estrategias para disminuir el comercio ilegal de pilas.
Finalmente,
cabe mencionar que la intención de este trabajo es aportar
la información necesaria respecto a la problemática
que implican los desechos de pilas y baterías, con el fin
de construir consensos entre distintos sectores de la sociedad
para iniciar acciones que deben de ir desde la reducción
de los niveles actuales de consumo hasta la ejecución de
programas de manejo y reciclado permanentes.
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