6.
EL AGUA, DINÁMICA Y ANÁLISIS REGIONAL
Jesús
Fuentes y Gerardo Bocco
INTRODUCCIÓN
Uno
de los problemas más importantes en el presente siglo,
es el del agua, problema mundial que estará marcado
por la disponibilidad, calidad y la vulnerabilidad de cada
país para enfrentar tales retos (Kulshreshtha, 1998;
McIntosh, 2001; Vaux, 2002). El agua, es un recurso vital
para el hombre, y por lo tanto, también la fuente de
conflictos de la era moderna ( Ortiz, et al. 1998; Herrera,
2000 ).
En
México el problema del agua es análogo. Según
CNA (2002), la presión sobre el recurso hídrico
en la mayor parte del país va de media-fuerte a fuerte
(1); mientras que por otro lado, la disponibilidad
de agua actualmente asciende a 4, 841 m 3 /hab. Las cifras
muestran un panorama difícil de resolver en donde el
manejo del agua debería involucrar aspectos de vulnerabilidad,
entendida como el daño potencial al abasto y/o disponibilidad
del recurso agua, enfocados a una mejor administración
del agua.
Para
el caso de Michoacán, CNA clasifica a la región
del Balsas, con una presión media-fuerte de su recurso hídrico y con una disponibilidad natural
base media per-cápita de 2,844 m 3 ; es decir, poco
más de la mitad del promedio nacional.
Según
la Comisión Nacional del Agua (citado por INEGI-SEMARNAP,
1997), Michoacán comparte con los estados vecinos las
regiones hidrológicas de los sistemas Armería-Coahuayana,
Lerma-Santiago, Costa de Michoacán, Balsas y Costa
Grande. De éstos, una de las cuencas de mayor relevancia
por su extensión y significado tanto socio-económico
como ambiental en el ámbito nacional y estatal, es
la del Río Balsas, a la cual pertenecen, tanto el Pico
de Tancítaro como la Comunidad de Nuevo San Juan Parangaricutiro.
Desde
la perspectiva del recurso hídrico, el Pico de Tancítaro
constituye la base para el desarrollo de por lo menos 40,000
habitantes en 82 poblaciones y comunidades que se dedican
al cultivo de aguacate, durazno, manzana, pera, agricultura
de temporal y ganadería extensiva. La producción
de aguacate de exportación en esta zona es la más
importante del país y se le conoce como el corredor
aguacatero de Uruapan (Torres y Bocco, 1999). La característica
primordial de estos cultivos es la de tener grandes requerimientos
de agua, tanto para riego como para fumigación. Por
otra parte, hay que agregar la demanda de los cultivos anuales
de riego y las necesidades industriales y domésticas
de ciudades pequeñas como la de Nuevo San Juan.
Siendo
el Tancítaro y sus alrededores de gran valor hidrológico
y en donde el recurso agua es estratégico para la región,
es muy importante conocer la problemática regional
desde el punto de vista de la dinámica socio-ambiental
de este recurso.
Los
problemas del agua se relacionan no sólo con las condiciones
naturales (oferta de agua) y sociales (demanda), sino con
la dinámica social que condiciona el acceso y manejo
del recurso (Ávila, 1996). Como parte de esta región,
la Comunidad de Nuevo San Juan Parangaricutiro no escapa a
esta dinámica, con la particularidad de que debe su
abasto de agua a la riqueza hidrológica e hidrográfica
del Pico de Tancítaro.
Como
se mencionó en el capítulo anterior, el Pico
de Tancítaro es un estratovolcán formado de
sucesivas erupciones que originaron sus laderas, montes y
valles ocupando un área total de 667.9 km 2 (Figura
1).
Figura
1. Relieve sombreado del Pico de Tancítaro. La configuración
de los límites corresponde a la forma de las cuencas.
La
configuración de los límites corresponde a la
forma de las cuencas
Formando
parte de dicha estructura se encuentra el parque nacional
Pico de Tancítaro, que por decreto presidencial se
estableció el año de 1940, por el entonces presidente
de México, el General Lázaro Cárdenas.
En tal decreto la idea de conservar los bosques y animales,
estuvo fundamentada sobre todo en las fuentes de agua del
lugar (2). Desde entonces, la importancia
hidrológica del Tancítaro se ha reconocido como
algo fundamental, aunada a la riqueza biológica que
tiene el macizo volcánico y que se refleja en el reconocimiento
que tiene la zona como área prioritaria terrestre y
como área de importancia para las aves (Arriaga, et.
al., 2000).
Por
otra parte, desde el punto de vista social, la región
del Tancítaro se distingue también por la co-existencia
entre comunidades indígenas y poblaciones de mestizos.
Estos grupos comparten los recursos que proporciona el Tancítaro,
pero cada cual con sus formas de organización y de
apropiación del paisaje (Garibay y Bocco, 2000) .
En
relación con el estudio del recurso hídrico
en el Tancítaro, existen diversos problemas entre los
que destacan la falta de datos cuantitativos o los de carácter
social y político que impiden el correcto manejo y
la conservación del agua en el mediano plazo (Fuentes,
2000). De la forma en que se establezcan las prioridades de
solución de tales problemas, depende en gran medida
el éxito en el manejo del recurso hídrico en
la región del Tancítaro.
El
capítulo presenta un panorama regional del Pico de
Tancítaro desde el punto de vista hidrográfico
y de las relaciones de esta materia con la vegetación,
el suelo y la geomorfología, aplicando un criterio
integral también denominado “del paisaje” o geoecológico.
RELACIONES
HIDROGRÁFICAS DE LOS COMPONENTES DEL PAISAJE
Geomorfología
Aunque
la geomorfología de la región se discute en
otro capítulo del presente libro. Aquí se mencionan
las unidades geomórficas o del relieve más importantes
así como las características relevantes para
la hidrología. Esto es, el tipo de relieve, su altura
y pendiente además de la influencia que tienen dichos
elementos en la oferta hídrica.
El
Cuadro 1 muestra las relaciones hídricas de cada unidad
del relieve. Se indica si la unidad de relieve corresponde
a zonas de recarga o surgencia, si es una unidad que permite
la distribución del flujo de agua, etc. También
nos muestra los procesos erosivos que son más frecuentes
en la unidad de relieve o que pudieran estar presentes y por
último, muestra el grado de infiltración potencial
que tendría cada unidad de relieve.
El
Tancítaro puede dividirse en tres subunidades básicas
para su análisis: cimas, laderas y valles.
Las
cimas poseen un carácter eminentemente secundario desde
el punto de vista hidrológico ya que son superficies
muy pequeñas, funcionando más como vectores
que distribuyen el agua de lluvia a una u otra cuenca. En
cambio, las laderas tienen importancia hidrológica
debido a que poseen altos grados de inclinación (más
de 20 0 ) lo que facilita el escurrimiento del agua de lluvia
y su concentración en los cauces. El incremento de
la erosión en áreas desprovistas de vegetación
ha provocado la disminución de la infiltración.
Por otra parte, los valles constituyen los conductos naturales
del agua y su organización en redes de drenaje permite
la captación de agua en forma eficiente ayudando así
a la recarga de los acuíferos. En general este sistema
es una zona muy importante de recarga y distribución
del agua de lluvia.
Dentro
de las laderas, otra unidad de importancia son las estructuras
volcánicas monogenéticas, que incluyen las laderas
de conos y domos volcánicos. Sus laderas rectas e inclinadas
contribuyen al escurrimiento del agua de lluvia y a la incorporación
rápida de dicho aporte a las zonas más bajas.
Debido a la alta pendiente de sus laderas, generalmente son
unidades geomorfológicas con excelente cobertura forestal
lo que permite el nacimiento de manantiales pequeños,
a la vez de ser una zona de recarga.
La
unidad de piedemonte es una unidad que varía mucho
en altitud, pudiéndose presentar desde los 1460 msnm
hasta los 3100 msnm. Es un área compleja donde la escasa
pendiente y la debilidad del material facilitan la incorporación
de agua al subsuelo. Sin embargo, también es un área
sometida a intensa presión de uso del suelo pues son
lugares propicios para la agricultura y específicamente
para el cultivo de aguacate. La pérdida de cobertura
natural ha propiciado fenómenos de flujos de tierra
en las laderas de los valles y ha facilitado el escurrimiento
superficial a pesar de la baja pendiente del terreno.
Los
derrames lávicos se distribuyen alrededor del Tancítaro
ocupando áreas por debajo de los 3150 msnm. Son de
gran importancia hidrológica para la región
pues constituyen las unidades receptoras del agua captada
por las unidades descritas en el apartado anterior. Al estar
en contacto también con el piedemonte y romper abruptamente
con la configuración del terreno, originan la salida
de los manantiales más importantes que produce el Pico
de Tancítaro. Dentro del sistema geomorfológico
general y desde el punto de vista hidrológico esta
unidad es de importancia como indicadora del abasto y la oferta
de agua a la región.
Por
último, las zonas más bajas de la región,
incluyen varias clases de planicies. Son superficies receptoras
de agua y permiten la infiltración de las aguas alimentando
los mantos acuíferos. Asimismo, su importancia deriva
de su condición topográfica llana, pues en ellas
generalmente se desarrollan actividades humanas y por tanto,
un uso más intensivo del agua.
Cuadro
1 Principales unidades geomorfológicas y sus relaciones
hídricas en el Tancítaro.
Unidades
de Relieve |
Función
hídrica |
Procesos
erosivos potenciales y/o existentes |
Grado
de infiltración |
1.
Sistema Montañoso Tancítaro. |
|
|
|
Cimas |
Distribución |
Periglaciar,
intemperismo mecánico, eólica |
Moderada |
Laderas |
Escurrimiento,
distribución |
Compactación,
hídrica, coluviones, eólica |
Baja |
Valles |
Distribución
y recarga |
Erosión
remontante, deslaves, hídrica |
Alta |
2.
Estructuras volcánicas monogenéticas |
|
|
|
2.1
Conos volcánicos |
Recarga |
Flujos
de tierra, hídrica |
Moderada |
Laderas
de conos volcánicos |
Escurrimiento,
distribución |
Flujos
de tierra, hídrica, coluviones |
Moderada |
2.2
Domos volcánicos |
Recarga |
Flujos
de tierra, hídrica |
Moderada |
Laderas
de domos lávicos |
Escurrimiento,
distribución |
Flujos
de tierra, hídrica, coluviones |
Moderada |
3.
Piedemonte |
|
|
|
Piedemonte
superior |
Distribución,
recarga |
Flujos
de tierra, eluvial, hídrica |
Alta |
Piedemonte
inferior |
Recarga |
|
Muy
alta |
Valles
erosivos de laderas escarpadas |
Escurrimiento,
distribución |
Coluviones,
hídrica |
Muy
baja |
4.
Derrames lávicos |
|
|
|
4.1
Mesas de coladas de lava |
Distribución
y recarga |
Hídrica,
coluviones, flujos de tierra |
Baja |
Cimas |
Distribución |
Hídrica |
Baja |
Laderas |
Escurrimiento
y distribución |
Hídrica,
flujos de tierra, coluviones |
Baja |
4.2
Derrames lávicos |
Distribución
y recarga |
“ |
Baja |
Cimas |
Distribución
y escurrimiento |
Hídrica |
Baja |
Laderas |
Escurrimiento,
surgencias |
Hídrica,
flujos de tierra, coluviones |
Baja |
4.3
Derrames lávicos recientes |
Recarga |
Coluviones,
hídrica |
Muy
alta |
5.
Planicies |
|
|
|
Planicies
acumulativas |
Recarga |
Sedimentación |
Alta |
Planicie
aluvial |
Recarga
y distribución |
Sedimentación,
eluvial |
Alta |
Planicie
aluvial interlávica |
Recarga |
Hídrica,
Sedimentación |
Alta |
Planicie
con cenizas volcánicas |
Recarga |
Hídrica,
erosión acelerada, barrancos, eólica |
Muy
alta |
Planicie
interlávica |
Recarga |
Hídrica,
sedimentación |
Alta |
Los
suelos y sus relaciones con el escurrimiento
Los
suelos que se desarrollan en la región del Pico de
Tancítaro son aquellos derivados de la actividad volcánica
pasada. Los suelos que se presentan mayormente, son los denominados
por el sistema FAO-UNESCO como andosoles. Estos se ubican
generalmente en todo el macizo volcánico del Pico de
Tancítaro y en las elevaciones volcánicas aisladas.
De texturas generalmente arenosas, permiten la rápida
absorción de agua a las capas inferiores facilitando
su incorporación a los mantos freáticos. Sin
embargo, por ser suelos recientes, la falta de organización
de los componentes del suelo (estructura), permite también
que sean muy susceptibles a la erosión.
En
segundo lugar se encuentran representados los regosoles. Su
distribución está vinculada al establecimiento
de cenizas volcánicas y efusiones recientes de material
volcánico. Son suelos someros de material grueso y
muy susceptible a la erosión, pero que también
permiten altas tasas de infiltración. Estos suelos
coinciden con aquellas zonas de recarga de acuíferos
vinculadas a lavas recientes por lo que su función
es muy importante en este sentido.
El
tercer tipo de suelo, en importancia, es el luvisol que se
distribuye hacia el sureste de la zona de estudio y se encuentra
en relación con zonas de mayor desarrollo afectadas
probablemente por acontecimientos geológicos paroxismales
que afectaron al Tancítaro hace miles de años
(Garduño, com. pers.) y que provocaron avalanchas de
material hacia la barranca La Culebra, donde se fue depositando
el material parental. Por su antigüedad, en esta zona
la pendiente y la composición del material está
sumamente afectada por procesos de erosión hídrica
y gravitacional.
El
leptosol se presenta como asociación con andosoles
y regosoles, además de distribuirse en la zona cubierta
por el Paricutín, correspondiéndose con las
zonas de lavas recientes o de malpaís y hacia el suroeste
de Tancítaro. Los suelos son pedregosos con alta rocosidad
y muy someros.
Por
último, el cambisol es el suelo menos abundante aunque
con presencia en la zona de Peribán y cerca del cerro
La Chimenea. Son suelos de buen desarrollo dedicados generalmente
a la agricultura.
Específicamente
en los límites del parque, predominan las asociaciones
de suelo de andosol con leptosol, sobre todo en el macizo
del estratovolcán evidenciando suelos típicamente
forestales y susceptibles a la erosión en condiciones
de deforestación. Asimismo, se presentan asociaciones
de andosol húmico y ócrico en la zona de piedemonte.
Estos suelos presentan condiciones más adecuadas para
el cultivo y es en esta zona donde se presentan los cultivos
permanentes de aguacate y durazno.
La
distribución de la vegetación en el Tancítaro
responde principalmente a condiciones topográficas
de altitud (variabilidad altitudinal), exposición y
pendiente. Velazquez, 1997, realizaron la caracterización
general de comunidades vegetales, apoyada en la fotointerpretación
y trabajo de campo, describiendo los siguientes tipos fisonómico-climáticos
identificados en el Tancítaro: matorrales secos; bosques
templados subhúmedos; bosques templados húmedos;
bosques templados secos; bosques fríos sub-húmedos;
matorrales fríos de altura y zacatonales de altura.
Para
entender el papel de la vegetación en el potencial
hídrico del Tancítaro se agruparon las comunidades
vegetales descritas en clases de cobertura vegetal (Cuadro
2).
Cuadro
2 Clases de cobertura, tipos fisonómico-climáticos
y comunidades vegetales definidas para la región de
Tancítaro.
CLASES |
TIPOS |
COMUNIDADES |
Pasto,
vegetación abierta. |
Matorrales
secos. |
Stevia
monardifolia-Baccharis heterophylla. |
Bosque
vegetación densa |
Bosques
templados subhúmedos. |
Pinus
pseudostrobus-Pinus leiophylla, Pinus montezumae-Tagetes
filifolia |
Bosque
vegetación densa |
Bosques
templados húmedos. |
Abies
religiosa-Trisetum virletti, Quercus crassipes-Satureja
macrostema |
Bosque
vegetación densa |
Bosques
templados secos. |
Alnus
firmifolia-Quercus rugosa |
Bosque
abierto |
Bosques
fríos sub-húmedos. |
Pinus
hartwegii-Festuca tolucensis, Cupressus lusitanica-Muhlenbergia
macroura |
Arbustos |
Matorral
frío de altura. |
Juniperus
monticola-Eryngium proteiflorum. |
Arbustos |
Zacatonal
de altura |
Calamagrostis
tolucensis-Arenaria bryoides. |
Cultivos |
Cultivos
de temporal (maíz, trigo, etc.) |
|
Sin
vegetación |
Zonas
de lavas recientes y poblados |
|
Fuente:
Fuentes 2000 y Velásquez et al . 1997.
Los
bosques cerrados constituyen la categoría más
efectiva para la captación de agua. Sus característicaspermiten
la infiltración adecuada, el escurrimiento equilibrado
y el mantenimiento de humedad en el suelo. En el balance hidrológico
de una cuenca éste es uno de los procesos más
importantes a considerar. En el Tancítaro, la distribución
de éstos bosques se da por debajo de la línea
de los 3500 msnm, su composición varía de bosques
de abetos y pinos a bosques mixtos de pino-encino, encino-pino
e incluso relictos de bosque mesófilo de montaña
(los más húmedos de la zona de estudio) hasta
bosquetes de encino y relictos también de bosque tropical
caducifolio (en este caso, los más secos) en las partes
más bajas, a 1300 msnm. Según Fuentes (2000);
la región del Tancítaro tiene una superficie
de bosques cerrados al menos del 33.0 %, mientras que el Parque
Nacional tiene en la misma clase de cobertura un 52.27%. Considerando
las dos áreas juntas –región y parque nacional-
la superficie de bosques cerrados es de 39.8 % (Cuadro 3).
Cuadro
3 Porcentajes de superficie por tipo de cobertura vegetal
años 1974 y 1996
AÑO |
Cobertura en % |
|
A |
B |
C |
D |
E |
F |
G |
H |
I |
J |
1974 |
7.5 |
14.3 |
37.9 |
23.3 |
3.2 |
4.2 |
4.84 |
3.96 |
0.42 |
0.16 |
1996 |
2.8 |
11.1 |
39.8 |
7.1 |
31.1 |
1.09 |
2.79 |
3.59 |
0.5 |
|
A:
arbustivo; B: bosque abierto; C: bosque cerrado; D: cultivo
anual; E: cultivo permanente; F: pastizales; G: sin cobertura
aparente en cenizas; H: sin cobertura aparente en lavas; I:
zona urbana y J: erosión. Fuente: Fuentes 2000
Los
componentes atmosféricos y su influencia en el recurso
hídrico
El
conocimiento de las variables climáticas microregionales
es deficiente, pues no existen actualmente estaciones dentro
del parque nacional y solo se localizan dos en forma muy cercana
al macizo volcánico (Peribán de Ramos y Uruapan).
Este es uno de los principales problemas para acceder al conocimiento
hidrológico de la región.
Debido
a la amplitud altitudinal del Pico de Tancítaro, ya
mencionada, se observan también una gran variedad de
climas desde la cima del Tancítaro (climas templados),
hasta la base del piedemonte donde los climas llegan a ser
incluso de tipo semicálido. Todos los climas presentes
en la región responden a un comportamiento definido
por la aparición de las lluvias en verano y la escasez
de agua desde el mes de noviembre hasta el mes de mayo cuando
empiezan de nuevo las lluvias. Las lluvias son abundantes
durante los meses de agosto, septiembre y octubre y oscilan
entre 900 mm y 1200 mm anuales.
El
Cuadro 4 presenta las características más importantes
de los tipos de climas dominantes en el Tancítaro (García,
1981; CETENAL, 1970). La distribución de los climas
y sus características que atañen al recurso
hídrico, son la cantidad total anual de lluvia, su
distribución en la superficie, el origen y la periodicidad
o distribución durante el año (García,
1986). De acuerdo con esto, se han distinguido tres franjas
climáticas importantes. Una franja ubicada en la parte
baja del Tancítaro de menor precipitación (de
menos de 900 mm anuales hasta 1000 mm) en altitudes comprendidas
entre 1300 y 2000 msnm. Ejemplo de lugares con este tipo de
climas es Páreo que tiene un clima semicálido
con lluvias en verano y con temperaturas cálidas que
permiten el establecimiento de vegetación tropical
caducifolia y de bosques con elementos de mesófilo
de montaña que dependen con la orientación de
la ladera y la posición topográfica. Es una
zona con alta evapotranspiración donde el origen convectivo
de las lluvias favorecen el escurrimiento al presentarse precipitaciones
más intensas.
Existe
otra franja entre 3000 y 3500 msnm, donde las lluvias son
más abundantes, aproximándose a los 1200 mm
de precipitación anual. En esta franja se presenta
la mayor variedad climática y es posible encontrar
lugares con temperaturas y precipitaciones muy diferentes,
como sucede entre las poblaciones de Zacandaro, Tancítaro
y El Tejamanil. La cobertura vegetal más frecuente
es de bosques mixtos y de pino. Las lluvias de esta franja
son de origen orográfico, es decir, formadas por el
choque del aire con las montañas. Es la zona más
húmeda y por tanto, con mayor aporte a los mantos freáticos.
Finalmente,
encontramos una última franja más homogénea
climáticamente, pero con un fuerte descenso de las
temperaturas, en donde la precipitación vuelve a disminuir
hasta los 900 mm anuales en la cima del Tancítaro.
En esta franja climática se presentan bosques de abetos,
bosques mixtos y bosques abiertos de Pinus hartwegii ,
éstos últimos son exclusivos de las cimas del
Tancítaro. Aunque las lluvias caen en menor cantidad,
las temperaturas bajas promedio impiden una alta evapotranspiración.
Las lluvias son de carácter orográfico pero
se presentan en menor cantidad.
Cuadro
4.Tipos de climas reportados para la Región del Pico
de Tancítaro.
CLIMA |
Nombre |
A(C)w
1 (w)a(i')g |
Semicálido
subhúmedo, el más fresco de los cálidos,
T media anual < 22 0 C; mes más frío
>18 0 C; lluvias en verano y lluvia invernal <5%,
verano cálido y temp. media del mes más
cálido >22 0 C, poca oscilación térmica
y marcha de temp. tipo Ganges. |
(A)C(w
1 ) (w)b(e) |
Semicálido
subhúmedo, el más cálido de los templados,
T media anual >18 0 ; mes más frío <18
0 C; lluvias de verano y lluvia invernal menor a 5%, intermedio
en cuanto a humedad, verano fresco largo y T media del
mes más caliente entre 6.5 y 22 0 C, extremoso
con oscilación térmica entre 7 0 y 14 0
C. |
(A)C(w''
1 )(w)bi |
Semicálido
subhúmedo, el más cálido de los templados
C, presencia de sequía interestival, lluvia invernal
<5% intermedio en cuanto a humedad, verano fresco largo
; T media del mes más cálido entre 6.5 y
22 0 C, isotermal. |
C(w
2 )(w)(b') |
Templado
semifrío subhúmedo, con T media anual entre
12 y 18 0 C; mes más frío entre –3 y 18
0 C, el más húmedo de los subhúmedos,
lluvias de verano y lluvia invernal <5%, |
Tomado
de: CETENAL, 1970
HIDROLOGÍA
SUPERFICIAL Y REGIONALIZACIÓN DEL AGUA
Los
ríos y manantiales
Las
características hidrológicas en el Tancítaro
se definen por la existencia generalizada de corrientes efímeras
en su mayoría (escurrimientos que se presentan cuando
hay lluvia únicamente), siguiéndoles en número
los arroyos intermitentes (ríos de temporal o escurrimientos
de lluvias) y por último, los arroyos perennes (escurrimientos
durante todo el año).
Estas
características, por lo demás normales o frecuentes
en nuestro país, responden precisamente a las condiciones
climáticas prevalecientes en la región, específicamente
al régimen de lluvias de verano ya descrito en el apartado
sobre el clima.
Otra
característica importante es la presencia de redes
de distribución de los ríos, es decir la organización
de los escurrimientos sobre el terreno o la forma en que se
conectan entre ellos. En este sentido, se puede hablar de
redes de tipo radial, dendrítica y de redes no estructuradas
que son típicas de superficies con lavas muy recientes
como las del Paricutín, en donde no se observan cauces
definidos (ver mapa de hidrología). De igual forma,
la organización del drenaje o más propiamente
dicho la red de drenaje del Tancítaro es
un elemento de análisis para conocer el comportamiento
y las relaciones complejas del recurso hidrológico
con respecto a los otros elementos del paisaje que ya se han
mencionado.
En
el caso que nos ocupa, las corrientes principales que se encuentran
formando la red de drenaje y las cuencas del Tancítaro
son 16. De éstas, únicamente los ríos
La Culebra, Zacándaro, Hoyicazuela, Apo, Chuanito,
Chondo y San Francisco se pueden considerar como escurrimientos
permanentes en orden de importancia de acuerdo con el caudal
que llevan. Otros arroyos como Cutio, Cuenca Rodada y Tancítaro
únicamente llevan agua durante la época de lluvias,
es decir, que son escurrimientos temporales; mientras que
el resto no presenta escurrimientos excepto en crecidas y/o
en el momento en que se presenta una lluvia, es decir, son
escurrimientos efímeros. En el caso del arroyo Huandiestacato,
aunque no lleva agua, justo en la salida de la cuenca se origina
uno de los manantiales más importantes llevando agua
permanentemente a partir de ese punto.
En
cuanto a la configuración del relieve del perfil longitudinal
de los arroyos, todos responden a una dinámica morfológica
típica de ambientes montañosos, es decir, de
corta longitud (el más largo tiene 21 kms) de topografía
abrupta, con frecuentes saltos, escaso caudal y fondo del
cauce con material generalmente grueso.
Los
manantiales o bien como se les llama localmente “ojos de agua”,
son abundantes en la región. Aunque la gente del lugar
conoce muy bien su ubicación y número, es hasta
ahora que podemos tener un inventario de los manantiales y
la cantidad de agua que producen. Hasta este momento, se han
registrado un total de 29 manantiales. Sin embargo, se cree
que pueden existir hasta el doble de ellos una vez que se
finalice el inventario de agua para el Pico de Tancítaro
(Cuadro 5).
Cuadro
5. Inventario preliminar de manantiales en el Pico de Tancítaro,
Mich.
MANANTIAL
|
CUENCA
|
COORDENADAS |
ALTITUD |
X |
Y |
Los
Chorros |
Cuenca
Rodada |
769811 |
2144126 |
1740 |
Magallanes |
San
Francisco |
769944 |
2164247 |
1480 |
Tancitaro
Arroyo Chondo |
Chondo |
770628 |
2161266 |
1580 |
La
Higuera, San Francisco Periban |
Chuanito |
773073 |
2163549 |
1620 |
La
Higuera 2 (Afloramiento Rocoso) |
Chuanito |
773093 |
2163501 |
1640 |
La
Higuera 3 |
Chuanito |
773093 |
2163501 |
1640 |
Los
Pastores (El Zaus) |
Chuanito |
773421 |
2163350 |
1640 |
Los
Tepetates (Los Pastores) |
Chuanito |
773612 |
2163448 |
1642 |
Manantial
Cutio |
Cutio |
774340 |
2158193 |
1800 |
Quérida |
Zirimóndiro |
776538 |
2134280 |
1920 |
Chorros
de Chuanito |
Chuanito |
776619 |
2159563 |
1922 |
El
Granado |
Chondo |
777476 |
2158395 |
2000 |
Manantiales
La Hortencia |
La
Culebra |
788898 |
2146470 |
2480 |
El
Jagüey |
La
Culebra |
789800 |
2145550 |
2400 |
El
Nopal-El salto (tres manantiales) |
La
Culebra |
789996 |
2145253 |
2220 |
Canoa
Alta |
La
Culebra |
790639 |
2145509 |
2240 |
Zirahaspan |
Nureto |
790809 |
2155626 |
2420 |
Ahuanzan |
Nureto |
792669 |
2158611 |
2310 |
Curato |
Nureto |
793782 |
2158288 |
1400 |
El
Fresnito |
Tancítaro |
768736 |
2139596 |
1500 |
Páreo,
Ojo de Agua |
Tancítaro |
767880 |
2139725 |
1400 |
Condémbaro-Junta
El Tizate-La Noria |
La
Gringa |
782699 |
2134872 |
1940 |
Pantzingo |
Nureto |
794081 |
2157827 |
2200 |
La
Alberca |
Nureto |
794591 |
2154272 |
2500 |
La
distribución geográfica de los manantiales refleja
en gran parte el comportamiento hidrológico de las
cuencas y las relaciones entre los elementos del paisaje.
Los manantiales con gastos o volúmenes de agua mayores
se localizan generalmente en las zonas medias a bajas de las
cuencas. Por lo regular responden a sistemas muy grandes de
captación de agua y su presencia se debe al contacto
litológico entre una roca superior permeable y otra
inferior impermeable, pero que además se vio afectado
por condiciones estructurales de la geología local.
La salida de agua es la evidencia de coberturas vegetales
densas y relieves montañosos con altas tasas de infiltración.
Esto
sucede comúnmente en las laderas suroriental y noroccidental
del Tancítaro evidenciando hasta ahora un eje definido
en dicha dirección. En el caso de los manantiales pequeños
no es posible diferenciarlos por su ubicación en las
cuencas. Sin embargo, se puede expresar que su distribución
está ligada a sistemas de abastecimiento muy locales
como sucede en el caso de los manantiales de la cuenca Nureto,
donde la existencia de ojos de agua está ligada a la
presencia de pequeños volcanes cuyo cráter,
al formarse dio origen a dichos manantiales. Ejemplos de ello,
son los manantiales de Zirahazpan, Ahuantzan y Pantzingo.
Sin embargo, aún no está claro el porqué
de la ubicación de otros manantiales pequeños.
El
sistema hidrográfico y su regionalización en
cuencas
Una
cuenca se define como el área de captación de
aguas de una corriente fluvial. En otras palabras, nos referimos
a todas las aguas llevadas a través de pequeños
cauces que se van integrando o juntando con otros, haciéndose
cada vez más grandes hasta llevar sus aguas a un río
principal, que recoge toda el agua de lluvia y los manantiales
que lo alimentan. Si consideramos esta condición además
de los elementos descritos anteriormente, entonces podemos
conceptuar a la cuenca como un sistema hidrológico
perfectamente definible que actúa en el paisaje y por
tanto, subordinado a éste último.
El
Pico de Tancítaro se ha dividido en 16 cuencas hidrográficas
además de una superficie compuesta por las lavas recientes
del Paricutín donde no existe una red de drenaje definida
y que por tanto se ha visto conveniente separar para poder
hacer comparaciones estadísticas entre cuencas (Cuadro
6).
La
configuración de las cuencas en el Tancítaro
refleja una distribución centrípeta de éstas
respecto al centro del macizo volcánico. Lo anterior,
está dado por la configuración aproximadamente
cónica del relieve del Tancítaro (Figura 2).
Cuadro
6. Características más importantes de las cuencas
hidrográficas del Tancítaro.
Cuencas |
Perímetro |
Área
(km2) |
1.
Apo |
30.5 |
29.7 |
2.
Chondo |
42.3 |
45.6 |
3.
Chuanito |
24.3 |
20.7 |
4.
Cuenca Rodada |
34.3 |
33.8 |
5.
Cutio |
28.4 |
31.7 |
6.
El Chivo |
22.6 |
21.2 |
7.
Hoyicazuela |
25.6 |
20.3 |
8.
Huandiestacato |
54.7 |
51.8 |
9.
La Culebra |
102.7 |
45 |
10.
La Gringa |
12.5 |
20 |
11.
Lavas del Paricutín* |
25.5 |
30.1 |
12.
Nureto |
84.8 |
67.9 |
13.
San Francisco |
41.7 |
34.7 |
14.
Tancítaro |
66.1 |
42.3 |
15.
Zacandaro |
51.2 |
34.8 |
16.
Zirimóndiro |
28.8 |
34.4 |
*Se
considera una unidad hidrográfica diferente.
Si
consideramos como criterio de clasificación el tamaño
de las cuencas, las del Tancítaro presentan una distribución
claramente definida por los siguientes grupos: el grupo de
cuencas pequeñas tales como La Gringa, Chuanito, El
Chivo y Hoyicazuela; el de aquellas que son más grandes
como La Culebra, Nureto y Tancítaro; y el grupo de
las cuencas de tamaño intermedio que comprenden las
cuencas restantes.
El
tamaño es importante ya que nos permite conocer los
tiempos de concentración del agua de lluvia (tiempo
en el que una gota de agua teóricamente recorre toda
la cuenca desde el punto más alto, al punto de salida
de la cuenca), lo que es muy útil en casos de inundación
y en consecuencia para detectar posibles riesgos para la población
que habita en zonas bajas y planicies.

De
la misma manera, también nos permite saber la magnitud
del volumen del agua captada (a mayor superficie, mayor captación
en iguales condiciones pluviométricas) y combinando
este dato con el de la población, podemos conocer la
importancia social y demográfica de dicha cuenca.
En
el mismo orden, también podemos expresar la distribución
de las cuencas. En general, las cuencas más pequeñas
se localizan al sur y al oeste mientras que las cuencas de
mayor tamaño se distribuyen hacia el noreste, este
y sureste. Esta distribución coincide con la disponibilidad
de agua para todo el Tancítaro.
Características
morfométricas de las cuencas.
Una
parte importante en el conocimiento hidrológico de
una región es la obtención de medidas e índices
que reflejen las relaciones y características de la
riqueza del recurso hídrico con respecto a los demás
componentes del paisaje, incluyendo el componente antrópico.
Por
ello, se han desarrollado medidas morfométricas como
el perímetro, el área, la altitud media e índices
como el de circularidad (en donde se compara la forma de la
cuenca con un círculo, también se denomina índice
de compacidad), el de alargamiento (donde se conoce qué
tan alargada es una cuenca) y el de forma (en donde cada cuenca
es comparada con la forma de un cuadrado, estimándose
así el grado de achatamiento).
Todos
los índices tienen que ver con la capacidad de la cuenca
de captar agua o bien con la respuesta de dicha cuenca para
verter sus aguas hacia la salida de ésta. Por ejemplo,
un factor de compacidad o circularidad con valores cercanos
a 1 nos dice que la cuenca es casi un círculo, teniendo
una mayor posibilidad de concentrar grandes volúmenes
de agua.
En
el caso del índice de alargamiento, si el valor es
mayor a 1 entonces las cuencas son alargadas presentando la
posibilidad de conducir el agua a mayor distancia pero la
respuesta a la concentración puede ser menos rápida.
Finalmente,
el índice de forma nos indica el grado de achatamiento
de ella o de un río principal corto y en consecuencia,
con tendencia a concentrar el escurrimiento de una lluvia
intensa formando fácilmente grandes crecidas (Cuadro
7).
Cuadro
7. Índices morfométricos de las cuencas del
Tancítaro.
Cuencas |
Indices |
Forma |
Alargamiento |
Circularidad
o compacidad |
Disponibilidad
de Agua |
Clase |
Valor |
Apo |
0.2 |
2.1 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
1.6 |
Moderada |
Chondo |
0.3 |
3 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
1.7 |
Moderada |
Chuanito |
0.2 |
3.8 |
De
oval redonda a oval oblonga |
1.5 |
Alta |
Cuenca
Rodada |
0.2 |
3.1 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
1.6 |
Baja |
Cutio |
0.2 |
2.4 |
De
oval redonda a oval oblonga |
1.4 |
Moderada |
El
Chivo |
0.2 |
2.6 |
De
oval redonda a oval oblonga |
1.4 |
Baja |
Hoyicazuela |
0.2 |
3.7 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
1.5 |
Moderada |
Huandiestacato |
0.4 |
2.2 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
2.1 |
Baja |
La
Culebra |
0.4 |
1.6 |
Redonda
a oval redonda |
1.2 |
Alta |
La
Gringa |
0.2 |
3 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
1.5 |
Baja |
Lavas
del Paricutín* |
0.5 |
1.3 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
1.6 |
Baja |
Nureto |
0.2 |
2.6 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
2.0 |
Baja |
San
Francisco |
0.2 |
3.1 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
1.5 |
Moderada |
Tancítaro |
0.2 |
3 |
De
oval redonda a oval oblonga |
1.5 |
Moderada |
Zacandaro |
0.4 |
1.9 |
De
oval redonda a oval oblonga |
1.3 |
Alta |
Zirimóndiro |
0.1 |
4.1 |
De
oval oblonga a rectangular oblonga |
1.8 |
Moderada |
*Se
considera una unidad hidrográfica diferente
Otro
índice que se ha construido, de forma preliminar, es
el de disponibilidad de agua por cuenca, atendiendo en este
caso al volumen disponible en cada cuenca, calculado como
la suma del volumen del escurrimiento obtenido a la salida
de la cuenca, más el de los manantiales dentro de ella.
La
clasificación de las cuencas de acuerdo con este último
índice nos presenta un panorama en el que dominan las
cuencas con baja y moderada disponibilidad de agua, quedando
únicamente tres cuencas con alta disponibilidad de
agua. Este índice no hace referencia a las condiciones
ecológicas del agua.
En
general las cuencas del Tancítaro presentan condiciones
que no favorecen la presencia de crecidas importantes, salvo
en dos cuencas: La Culebra y Zacandaro. Por otra parte, la
existencia mayoritaria de cuencas pequeñas nos hace
pensar en una región donde la producción hídrica
no es susceptible de explotarse intensivamente a través
de riego o de abastecimiento a grandes ciudades o incluso
para el establecimiento de industrias demandantes del vital
líquido.
EL
AGUA, LA POBLACIÓN Y EL PAISAJE
La
región del Tancítaro tiene una población
estimada de 40 mil personas distribuidas en un total de 81
localidades, entre ciudades pequeñas como Peribán
de Ramos, al noroeste del Tancítaro y rancherías
como La Escondida en pleno parque nacional (INEGI, 2001).
La
población tiene un fuerte componente rural o semi-rural
con altos índices de marginación y pobreza además
de los efectos colaterales de dicha condición social
como los niveles educativos bajos, falta de servicios, etcétera.
La
población más grande en número es Nuevo
San Juan Parangaricutiro con 11,983 habitantes según
el censo de población y vivienda de INEGI para el año
2000 (INEGI, 2001), le siguen en importancia de acuerdo con
la misma fuente, Peribán de Ramos con 11,571 hab.,
Tancítaro con 5,162 hab. y Angahuan con 4,739 hab.
En
cuanto a las actividades económicas, predomina la primaria
con el desarrollo de cultivos de aguacate, maíz y durazno
principalmente, además de la actividad ganadera extensiva
pero muy poco desarrollada. Asimismo, en los centros poblacionales
de Peribán y Tancítaro existe una floreciente
agroindustria basada en la comercialización del aguacate.
Dentro
de este marco poblacional es conveniente mencionar la existencia
de comunidades indígenas cuyas formas de apropiación
de los recursos es esencialmente distinta a las poblaciones
mestizas (Garibay y Bocco, 2000). De acuerdo con estos autores
la población que hace uso de los recursos del Tancítaro
tiene características especiales en la forma como ejerce
el derecho al disfrute de sus recursos de tal suerte que se
identificaron tres tipos de bienes dentro del parque nacional
Pico de Tancítaro: los bienes privados, los bienes
públicos, los bienes de peaje y de bienes de uso común.
Este tipo de bienes es posible extrapolarlos a la región
dominada por el Tancítaro e identificarlos con las
formas de propiedad existentes (privada, ejidal y comunal)
y enmarcarlo en el uso específico del agua.
De
esta forma, el agua se analiza, según la forma de organización
social en alguno de los cuatro bienes señalados. Esto
implica una red social muy compleja que dificulta en el corto
plazo un plan de manejo del recurso hídrico en forma
coherente y racional. Por ello, el desarrollo de una política
de conservación y manejo del agua requiere de amplios
consensos entre los diferentes actores que pase primero por
el desarrollo de la conciencia colectiva, señalando
a cada grupo social la necesidad inherente de dicha política
a riesgo de sucumbir en el futuro ante conflictos ascendentes
de difícil solución. El recurso agua así
visto es un tema de sobrevivencia estratégica para
la población.
El
balance hídrico y la disponibilidad de agua
Tratar
de ofrecer datos sobre la cantidad de agua disponible en el
Tancítaro es un problema metodológico y conceptual
a la vez. Desde el punto de vista metodológico, se
requiere de una buena infraestructura de medición de
caudales tanto de ríos como de manantiales, además
de poder contar con datos suficientes de la precipitación
y temperatura. Con ninguno de éstos datos se cuenta,
al menos en forma suficiente.
Desde
el punto de vista conceptual, es necesario definir algunos
elementos que tienen que ver con las formas de uso y su clasificación,
con los hábitos de consumo de agua y con la percepción
que sobre este recurso tienen las diferentes poblaciones involucradas.
El
abasto de agua en la región estudiada es por ahora
suficiente. No se encontró ningún acuífero
o manantial agotado y en general, los arroyos que eran permanentes
lo siguen siendo a excepción de los que pasan por la
población de Periban: Chondo y Chuanito, cuyas corrientes
se secan a partir de las épocas de mayor uso de agua
y también debido a la contaminación de los cauces.
Sin
embargo, se encontraron muchos elementos que nos permiten
vaticinar –aún sin datos crudos- la futura escasez
del vital líquido si no se halla urgentemente un plan
de manejo del agua y del paisaje en general.
Primero,
nos referiremos a la disminución de los gastos prácticamente
en la mayoría de los manantiales, según palabras
de los propios usuarios de dichas fuentes. En todos los casos,
se registró como el común denominador el uso
que los aguacatales hacen del recurso hídrico (sin
control, utilizando agua limpia, no se pagan cuotas, no hay
registros de tomas de agua, etcétera). En este sentido,
no fue posible ubicar manantiales sin que tuvieran algún
tipo de uso por parte de la población.
Segundo,
la disminución de todos los caudales e incluso la desaparición
de las corrientes de agua en el trayecto a tierras más
bajas debido a la intercepción que se hace de éstas
para diversos usos, entre los cuales está el riego
de cultivos de aguacate. A pesar de lo anterior, las corrientes
de agua vuelven a aparecer corriente abajo debido al surgimiento
de acuíferos y manantiales que surten a dichos cauces.
Ejemplos documentados de esto son los arroyos de La Culebra,
San Francisco y Zacándaro entre varios más.
Por
otra parte, la distribución geográfica del recurso
hídrico no es homogénea para todo el Tancítaro.
En general, las cuencas ubicadas en las laderas que miran
hacia el sur y hacia el noroeste y oeste son las más
abundantes en el preciado líquido (ver cuadro de índices).
En
cambio, las laderas que miran hacia el noreste y este son
particularmente escasas debido a condiciones geomorfológicas
de reciente origen, como en el caso de la zona dominada por
las lavas del Paricutín y las formas volcánicas
contemporáneas.
En
ésta área, manantiales muy pequeños que
nacen al pié de los volcanes aislados tienen un flujo
bastante constante. Esto se debe en gran parte al cuidado
que la Comunidad de Nuevo San Juan ha puesto en el manejo
de su recurso forestal. Lo mismo sucede con una gran parte
de los manantiales mayores ubicados hacia el sur que deben
su conservación y mantenimiento a la política
ambiental desplegada por dicha Comunidad.
Se
pueden observar en el Cuadro 8 los datos obtenidos a partir
del aforo de más de 30 fuentes de agua. De acuerdo
con estos registros, el volumen anual de agua superficial
permanente que produce el Pico de Tancítaro, está
por arriba de los 20 millones de metros cúbicos (Mm
3 ).
Los
datos presentados no son definitivos pues aun faltan algunos
manantiales de aforar, pero podemos considerar representativa
esta cifra de 22 Mm 3 /año de volumen mínimo
ya que se ha registrado entre el 80 y 90 % de las fuentes
de agua permanentes del Tancítaro. A este volumen hay
que agregar un 10% que se asume de pérdida de agua
que se escapa al momento de hacer la medición. El volumen
mínimo debe entonces rondar los 25 Mm 3 /año
de agua superficial.
Cuadro
8. Manantiales y ríos aforados en el Pico de Tancítaro.
SITIO |
Altitud |
Gasto
(lts/s) |
SITIO |
Altitud |
Gasto
(lts/s) |
Manantiales |
Manantiales |
Canoa
Alta |
2240 |
5.3 |
La
Higuera 2 (Afloramiento Rocoso) |
1640 |
0.5 |
Condémbaro |
1500 |
2.5 |
La
Higuera, San Francisco Periban |
1620 |
0.7 |
La
Higuera 3 |
1640 |
0.1 |
Los
Pastores (El Zaus) |
1640 |
5.1 |
Los
Chorros |
|
2.0 |
Los
Tepetates (Los Pastores) |
1642 |
0.3 |
Ahuanzan |
2310 |
0.7 |
Rumbo
a Magallones |
1480 |
2.4 |
Cutio |
1800 |
1.8 |
El
Nopal |
2230 |
8.2 |
El
Fresnito |
1440 |
1.0 |
El
Tlacuache |
|
|
El
Jaguey |
2400 |
23.6 |
El
salto |
|
|
El
Granado |
2000 |
7.7 |
Quérida |
|
2.0 |
La
Alberca |
2470 |
0.2 |
Arroyos
permanentes y semi-permanentes
|
Pantzingo |
2400 |
0.3 |
Zirahaspan |
2420 |
0.1 |
Salida
cuenca Río Cutio |
1840 |
2.3 |
La
Hortencia |
2480 |
22.1 |
Salida
cuenca La Culebra |
1420 |
367.8 |
Cuzato |
1400 |
0.1 |
Salida
cuenca Zacándaro |
1400 |
232.4 |
Chorros
de Chuanito |
1922 |
16.7 |
Salida
de la Cuenca de Nuevo Zirosto |
1740 |
15.4 |
Páreo,
Ojo de Agua |
1350 |
2.0 |
Tancítaro,
Arroyo Chondo |
1580 |
4.8 |
Total
de gasto diario (lt/s) |
728.3 |
Total
de gasto anual (M3/año) |
22,967,668.8 |
El
uso y la demanda de agua
En
el caso de la demanda de agua o la cantidad de agua necesaria
para el uso humano, también se presenta como un problema
complejo metodológica y conceptualmente. Por ello,
de manera preliminar se hacen aquí consideraciones
teóricas que permitan percibir en su justa dimensión
el problema regional del agua en el Tancítaro.
Respecto
a los usuarios de agua doméstica, se han tomado los
datos proporcionados por CNA (2000), para el consumo de agua
para todo el Estado. El promedio per cápita de consumo
de agua es de 176.6 m 3 /hab/año. Por lo que el consumo
total de agua para las poblaciones dependientes del Pico de
Tancítaro es de 7,040,000 m 3 /año.
En
el estimado aplicado al Tancítaro, sabemos que hay
variaciones importantes respecto al uso del agua que hace
la población. En primer lugar, gran parte de las localidades
tienen un carácter rural, lo que hace disminuir el
consumo ante la falta de servicios; en segundo lugar, los
hábitos y usos del agua son diferentes y en tercer
lugar, no se considera aquí el agua para riego que
proviene, en el caso del Tancítaro de las mismas fuentes
de agua que para el uso potable lo que haría aumentar
considerablemente la cantidad de agua utilizada. A pesar de
ello, no deja de ser interesante el ejercicio, ya que así
tenemos un parámetro del uso consuntivo del agua para
la región.
Hasta
ahora, no se han registrado en campo poblaciones que tengan
problemas graves de escasez de agua aunque sí con problemas
evidentes (Apo, La Escondida, Peribán y La Lagunilla
entre otras). En la mayor parte de los casos, los problemas
provienen de una pésima o nula administración
del recurso y del incipiente reflejo del deterioro ambiental
a que se ha visto sometida la región.
En
el caso de la agricultura, en el Tancítaro prácticamente
solo existen el cultivo de maíz y el cultivo de aguacate
de riego y de temporal, siendo este último el dominante.
Esta actividad consume una gran cantidad de agua que proviene
en un 100% del Pico de Tancítaro.
Según
la Asociación Agrícola Local de Productores
de Aguacate de Uruapan (AALPAU), (http://www.aproam.com/culti9.htm#3)
cada árbol de aguacate mayor a 36 meses requiere al
menos 200 litros semanales de agua si es regado con manguera
y 60 litros si el sistema es por goteo. En árboles
de menor edad la cantidad oscila entre 50 y 21 litros respectivamente.
Cada hectárea de aguacate tiene en promedio alrededor
de 142 árboles (varía un poco de acuerdo con
el sistema de plantación). Suponiendo que toda la superficie
de aguacate es regada, la demanda anual de agua por hectárea
de aguacate en base a datos promedio, es de 18,524,979 m 3
/año.
Esta
cifra, sumada a los 7,040,000 m 3 /año de demanda de
agua por parte de la población, hacen un total de 25,564,979
m 3 /año . Es decir, casi el total de agua superficial
registrado.
Lo
anterior nos indica que el consumo de agua podría encontrarse
en el límite de la disponibilidad para la región.
De ahí que sea imperiosa la necesidad de un plan de
manejo regional que considere al agua como elemento central.
Deterioro
del paisaje y su importancia hidrológica (Relaciones
entre paisaje, conservación y deterioro ambiental)
El
Pico de Tancítaro se ha visto sometido en las últimas
décadas a presiones debidas al mal manejo de los recursos
y a la falta de decisión gubernamental para desarrollar
una política ambiental coherente que permita conservar
y manejar a la vez, los recursos naturales disponibles para
la población. Vale la pena aquí diferenciar
los procesos de degradación potencial dentro del parque
nacional y los que se presentan fuera de éste ya que
sus ritmos y relaciones son diferentes en unos y otros.
En
la región del Tancítaro destaca sobre todo una
tendencia muy fuerte al aumento de las superficies en degradación.
Esta tendencia se presenta sobre todo en las zonas agrícolas
pero también hay un fuerte proceso de degradación
en zonas abruptas.
El
hecho de que en la región circundante al parque nacional
del Tancítaro predominen terrenos de baja pendiente
ha permitido que la degradación avance más rápidamente.
En el parque nacional en cambio, esta tendencia aún
no es tan marcada y los valores porcentuales indican un delicado
equilibrio, favorecido en gran parte porque predominan las
zonas abruptas, lo que impide en buena medida el desarrollo
de actividades económicas que favorecen la degradación.
Lo
anterior indica que los procesos de degradación dentro
del parque se deben a manejos forestales inadecuados, mientras
que en la región del Tancítaro la actividad
agropecuaria y en ultimas fechas la actividad frutícola,
han favorecido los procesos de degradación y con ello,
se han evidenciado los primeros problemas de escasez de agua
asociados a la degradación.
Aún
así, las cuencas que conforman el Pico de Tancítaro
presentan condiciones de deterioro apenas en una fase inicial
por lo que no se observan por ahora situaciones graves de
inestabilidad del paisaje. En este sentido, se aprecia aún
la estabilidad de las laderas inmediatas a los cauces, la
persistencia de arroyos y manantiales durante la época
de secas y la relativa conservación de los bosques
riparios.
A
partir de los datos obtenidos, se elaboró un esquema
idealizado de la dinámica de degradación del
Pico de Tancítaro (Fuentes, 2000). El esquema que se
presenta en la Figura 3 se obtuvo comparando en una matriz
general los valores de degradación contra diferentes
datos de mapas como la cobertura, la pendiente y la geoforma.
El modelo indica que existe un patrón general de mayor
a menor degradación conforme a la altitud. Asimismo,
la degradación es menor dentro del parque y mayor fuera
de él en términos espaciales (área cubierta).
Sin
embargo, la degradación no presenta un comportamiento
lineal exacto; por ejemplo, no siempre se cumple que a mayor
altitud, menor degradación o bien que si existe una
mayor distancia al parque la degradación sea mayor.
Como tampoco es continuo el comportamiento radial, existiendo
laderas con menor degradación general que otras.
Algunas
razones explican lo anterior. Con respecto al comportamiento
altitudinal, la degradación del suelo está fuertemente
influida por dos factores, la pendiente y la cobertura.
En
el caso del Tancítaro existe una mayor pendiente hacia
las zonas más altas, contrastando con una menor pendiente
en las zonas de piedemonte y de llanura. En función
de lo anterior, la presencia de una mayor inclinación
de las laderas, así como una mayor altitud debería
impedir la actividad productiva, lo cual en general se cumple.

Sin
embargo, la menor disponibilidad de recursos forestales resineros
acompañada del desplazamiento de la actividad ganadera
hacia las zonas altas debido a la expansión del aguacate
ha provocado una mayor degradación que en los bosques
cerrados de abetos ( Abies religiosa ), ailes ( Alnus
sp. ) y de pino-encino.
De
esta forma se explica en parte, la mayor susceptibilidad a
la degradación en los paisajes más altos con
cobertura abierta en contraste con una mayor resistencia a
la degradación en bosques más cerrados pero
en franjas altitudinales menores. A pesar de lo anterior,
los bosques cerrados presentan una mayor fragmentación
y por tanto un riesgo mayor de pérdida de las condiciones
ambientales naturales (Farina, 1997; Forman y Godron, 1986;
Goudie, 1994; Metternicht, 1996).
Aunque
la dinámica regional del Pico de Tancítaro impone
la regla de que a mayor distancia del centro del Pico existe
mayor degradación, se observan zonas específicas
dentro del parque que tienen grados mayores de degradación
como resultado de una actividad intensiva tanto agrícola
como forestal efectuada en zonas muy frágiles.
Finalmente,
la distribución espacial de la dinámica de degradación
se interrumpe de acuerdo con la utilización que los
grupos sociales hacen del parque nacional y por las condiciones
del relieve imperantes. En las laderas que miran hacia el
oriente se ejerce una menor presión hacia el parque
que en las laderas suroeste, oeste y noroeste del Pico de
Tancítaro, debido a la existencia de comunidades indígenas
como en el caso de San Juan Nuevo, cuya actividad forestal
está muy controlada. Al mismo tiempo, esta zona es
muy compleja desde el punto de vista geomorfológico
por la multiplicidad de relieves volcánicos, algunos
muy recientes. En las otras laderas el perfil social se expresa
a través de la existencia de ejidos y pequeñas
propiedades que se dedican a cultivar frutales principalmente,
lo que deviene en una mayor presión sobre el parque
nacional. A esto debemos agregar que el cambio en la inclinación
del relieve es menos abrupto, pasando de pendientes muy inclinadas
en zonas altas, a pendientes mucho menores dentro de un relieve
poco accidentado. El resultado teórico es el modelo
de degradación del Tancítaro expresado en la
Figura 4.
CONCLUSIONES

La
región del Tancítaro se distingue por la gran
variedad de paisajes naturales y antrópicos,
en un área relativamente pequeña. De allí
su importancia ambiental, social y ecológica.
De
esos elementos, el más importante es el recurso agua,
base de las actividades humanas que se realizan.
La
existencia de cultivos de aguacate predominantes y el cambio
de uso del suelo que han provocado es solo una muestra de
que el agua se ha venido transformando en el elemento estratégico
y aglutinador de las políticas ambientales y sociales.
Por el análisis del recurso agua deberán pasar
los planes de manejo y ordenamiento territorial que se deseen
implementar en la zona. Lo mismo para lo relacionado con el
parque nacional Pico de Tancítaro. El parque nacional
deberá ser transformado en una figura jurídica
que permita la correcta planeación ambiental y social,
pues hasta ahora, la figura del parque es más un papel
que un hecho (Fuentes, 2000). Tanto su re-delimitación
como su re-categorización son entonces obligadas.
El
desarrollo de este proceso deberá mirar hacia las experiencias
exitosas y no exitosas para tomar ejemplos y no repetir errores
del pasado. De acuerdo con ello, será importante considerar
las experiencias de la Comunidad Indígena de Nuevo
San Juan Parangaricutiro como un referente capaz de catalizar
la discusión sobre el manejo del recurso agua inmerso
en ese complejo llamado paisaje.
REFERENCIAS
Arriaga,
L., J.M. Espinoza, C. Aguilar, E. Martínez, L. Gómez
y E. Loa (coordinadores). 2000 . Regiones terrestres
prioritarias de México . Comisión Nacional para
el Conocimiento y uso de la Biodiversidad,México. h
ttp://www.conabio.gob.mx/conocimiento/regionalizacion/doctos/terrestres.html
.
Ávila,
G. P. 1996. Escasez de agua en una región indígena:
el caso de la Meseta Purépecha. El Colegio de Michoacán.
Colección Investigaciones. México. 428 p.
Benítez,
H., G.F. Villaseñor, G. Villaseñor, L. Chávez
y C. Villalón. AICA: C-05, Tancítaro. En: Benítez,
H., C. Arizmendi y L. Marquez. 1999. Base de Datos de las
AICAS. CIPAMEX, CONABIO, FMCN, y CCA. (http://www.conabio.gob.mx
.México) .
Bocco
G. y M. Mendoza, 1999. Evaluación de los cambios de
la cobertura vegetal y uso del suelo en Michoacán (1975-1995).
Lineamientos para la ordenación ecológica de
su territorio. Programa SIMORELOS-CONACYT. Informe Técnico.
Departamento de Ecología de los Recursos Naturales,
Instituto de Ecología, UNAM, Campus Morelia. Michoacán,
México. 50 pp.
CETENAL,
1970. Colima 13Q-VI, Zacatula. Carta de Climas. Escala 1:500,000.
Instituto de Geografía-UNAM, Secretaría de la
Presidencia.
CNA,
2002. Compendio básico del agua 2002. Comisión
Nacional del Agua. México. 96 p. (http://www.cna.gob.mx/portal/switch.asp?param=4010).
CNA,
2000. Situación del Subsector Agua Potable, Alcantarillado
y Saneamiento. Anexo 1e. Comisión Nacional del Agua.
México. 62 p más anexos. (http://www.cna.gob.mx/portal/switch.asp?param=4017)
Farina
A., 1997. Principles and Methods in Landscape Ecology. Chapman
& Hall. London. 235 p.
Forman
R. and M. Godron, 1986. Landscape Ecology. Jhon Wiley &
Sons. USA. 617 p.
Fuentes,
J. J., 2000. Evaluación del deterioro en áreas
naturales protegidas. Un enfoque geomorfológico. El
caso del Parque Nacional Pico de Tancítaro, Michoacán.
Tesis de Maestría. Facultad de Filosofía y Letras,
División de Estudios de Posgrado. Posgrado en Geografía.
UNAM.
Fuentes,
J. J., 2000. Obtención de la oferta hídrica
en sitios con carencia de datos meteorológicos. Aplicación
a el caso del Pico de Tancítaro, Michoacán,
México. Tesis Maestría Profesional en Levantamiento
de Recursos Hídricos, Manejo y Conservación
de Cuencas. ITC-CLAS-UMSS. Cochabamba, Bol. (http://www.umss.edu.bo/epubs/earts/htmls/37.html).
García
E. 1986. Apuntes de Climatología. Offset Larios S.A.
México, D.F. 155 p.
García
E.,1981. Modificaciones al Sistema de Clasificación
Climática de Köppen (Para adaptarlo a las condiciones
de la República Mexicana). CETENAL, 1970. Hoja Colima.
Carta de Climas. Esc. 1:500,000. Comisión de Estudios
del Territorio Nacional, Secretaría de la Presidencia.
Garduño
Víctor. Inst. de Investigaciones Metalúrgicas.
Departamento de Geología. Universidad Michoacana de
San Nicolás Hidalgo. Morelia, Mich.
Garduño-Monroy,
V.H., P. Ch. Corona, , I. A. Israde, L. Menella, E. Arreygye,
B. Bigioggero y S. Chiesa 1999. Carta Geológica del
Estado de Michoacán, Escala 1:250,000. Universidad
Michoacana de San Nicolás Hidalgo, Inst. De Inv. Metalúrgicas.
Morelia, Mich. 111 p.
Garibay,
O. C. y V. G. Bocco 2000. Legislación Ambiental, áreas
protegidas y manejo de recursos en zonas indígenas
forestales. El caso de la microregión del Pico de Tancítaro,
Michoacán. Procuraduría Federal de Protección
al Ambiente-Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología.
Documento Técnico Final.
Goudie
A., 1994. The Human Impact on the Natural Environment. The
MIT Press, 4 th . Edition. Cambridge, Massachusetts. 453 p.
Herrera
A. P., 2000. El Agua en el Mundo . Tomado de: http://www.imta.mx/marco_aguamundo.htm
INEGI.
2001. X Censo de Población y Vivienda. Integración
Territorial. Datos por Localidad.
INEGI-SEMARNAP,
1997. Estadísticas del Medio Ambiente. Instituto Nacional
de Estadística, Geografía e Informática.
Aguascalientes, Ags. 461 p.
Kulshreshtha
S. 1998. A global outlook for water resources to the year
2025 . Water resources management 12: 167-184.
McIntosh
P . 2001. Water for the future: Four commonsense principles.
International Wildlife ; Vienna; Sep/Oct 2001.
Metternicht,
G. I., 1996. Detecting and monitoring land degradation features
and processes in the Cochabamba Valleys, Bolivia. A synergistic
approach. International Institute for Aerospace Survey and
Earth Science (ITC). Enschede, The Netherlands. 390 p.
Ortiz
R. G., F. Cruz y J. C. Valencia, 1998. Aspectos relevantes
de la política del agua en México, en el marco
de desarrollo sustentable. Conferencia Internacional: "Agua
y Desarrollo sostenible". Paris, 19-20-21 de Marzo de
1998.
Scattolin
M., 1996. Studio geologico e morfometrico del settore centro
occidentale della Meseta Tarasca, Michoacan, Messico. Tesi
di Laurea. Università degli Studi di Milano, Universidad
Michoacana de San Nicolás Hidalgo. Milano, Italia.
136 p.
Torres
A. y G. Bocco, 1999. Cambio de uso de suelo por cultivo de
aguacate en la Meseta Tarasca, Michoacán para los años
de 1970 y 1990/92. En: Bocco G. y M. Mendoza, (1999). Evaluación
de los cambios de la cobertura vegetal y uso del suelo en
Michoacán (1975-1995). Lineamientos para la ordenación
ecológica de su territorio. Programa SIMORELOS-CONACYT.
Informe Técnico. Departamento de Ecología de
los Recursos Naturales, Instituto de Ecología, UNAM,
Campus Morelia. Michoacán, México. 50 p más
anexos.
Vaux
H. 2002. A U.S. water research agenda for the twenty-first
century
Environment ; Washington; May 2002. Vol. 44, Iss.
4; pg. 32, 12 p.
Velázquez
A., 1997. Vegetación de la ladera norte del Pico de
Tancítaro. Biología de Campo. Facultad de Ciencias.
Informe de Biología de Campo. UNAM. México.
(1)La
presión se obtiene dividiendo la extracción
total anual de agua entre la disponibilidad natural base media
de agua (Comisión para el Desarrollo Sustentable de
la ONU, 1997; citado por CNA, 2002)
(2)
Ver texto en el Periódico Oficial de la Federación
del 27 de julio de 1940.
|